Aliana Santana, NEL-México DF
Sub-eje: Lo real del cuerpo en Psicoanálisis vs lo real del organismo en las tecno ciencias.
¿Cuál puede ser el estatuto de una respuesta dada a una elucubración a partir de la cual esta se definiría como sinthome?
Lacan respondió:
Hace un tiempo mencioné una elucubración que es la del inconsciente. Ciertamente se dieron cuenta que hizo falta que baje un punto el sinthome para considerarlo homogéneo a la elucubración del inconsciente. Quiero decir que se anudaba con él. Hace un rato supuse que se reducía el sinthome, que está aquí, a algo que responde, no a la elucubración del inconsciente, sino a la realidad del inconsciente. Es cierto que, incluso con esta forma, está implicado un tercer término que mantiene separados estos dos redondeles de cuerda.
Este tercer término puede ser lo que se quiera. Pero si se considera que el sinthome es equivalente a lo real, este tercer término solo puede ser lo imaginario. Después de todo, es posible hacer la teoría de Freud concibiendo este imaginario, a saber, el cuerpo, como lo que mantiene separados los dos del conjunto que aquí establecí con el nudo del síntoma y de lo simbólico.»[1]
Esta cita y la pregunta que la misma suscita en mí sobre el cuerpo como lo que mantiene separados sinthome e inconsciente, registro real / registro simbólico, constituye mi pregunta de Cartel.
Primera parte de la cita
Reconocemos una pareja: Síntoma / Inconsciente
Segunda parte
Hay un tercer término que mantiene esta pareja separada. El cuerpo.
Entonces, una pareja que no está junta. Una pareja separada.
Para deshilachar esta cita haremos uso de la lectura que Miller hace de la enseñanza de Lacan.
En la primera parte de la cita, en la pareja síntoma/inconsciente, la relación entre ambos va variando acorde a los distintos momentos de la experiencia analítica y según los cambios que se producen en la enseñanza de Lacan.
Reconocemos un primer momento en el cual domina el vínculo entre S1 y S2 y luego, un último tramo presidido por la declaración lacaniana ¡Hay Uno! Digamos S1 solo, sin el Otro.
En este primer momento incluimos al Inconsciente Transferencial y al Síntoma. En el segundo, al Inconsciente Real y al Sinthome. Así también queda subrayado el lenguaje en el primer caso y la lalengua en el segundo.
Desde el primer momento el «matrimonio» del inconsciente con el síntoma parecen incuestionables. En otras palabras en un primer momento de la experiencia analítica y de la enseñanza de Lacan, la pareja inconsciente-síntoma está junta.
Síntoma/Inconsciente transferencia
En este primer momento entendemos al síntoma como una formación del inconsciente. En otras palabras, es el síntoma que quiere decir algo, que está llamado a ser descifrado. Es el síntoma que apunta a la búsqueda de sentido. Inconsciente y síntoma como pareja en tanto desciframiento de algo cifrado en el inconsciente.
Luego, cuando aparece en escena el objeto (a) como condensador de goce, el síntoma va tomando cierta independencia, al punto que Lacan planteará en 1963 que se basta a sí mismo porque en su naturaleza es goce, y que sólo se anuda al inconsciente por medio de la transferencia[2]
Es el inconsciente transferencial el que se escribe en el algoritmo de la transferencias s (S1, S2, S3…Sn). Aquí, en este momento de la enseñanza de Lacan el síntoma y el inconsciente se anudan bajo transferencia. Es una pareja sí solo sí están en transferencia.
Un breve momento de separación…solo el Sinthome
En 1975, Lacan se refiere a Joyce como desabonado del inconsciente en tanto se encuentra identificado al síntoma, desligándolo de la elucubración de saber propia del inconsciente[3] Toca precisar que del inconsciente que se desabona es del inconsciente transferencial.
En la última parte de su enseñanza, Lacan parece distanciarse de una experiencia analítica que se sostenga en un inconsciente considerado como el discurso del Otro (en tanto tesoro del significante) y, piensa su práctica a partir del Uno. Es a partir de este momento que pone el acento en lo que propone como una nueva versión del síntoma: el sinthome.
Sinthome/Inconsciente Real
Aquí es donde la noción de inconsciente real y no transferencial, vuelve a vincular los dos términos.
El inconsciente real es aquel que «está hecho de la lalengua»[4] o aquel que está planteado como «moterialisme» (juego entre «mot» -palabra- y materialismo) «donde reside el asidero del inconsciente» tal como lo presenta Lacan en la «Conferencia en Ginebra sobre el síntoma», en 1975.[5]
Este modo de tratar un nexo entre inconsciente y síntoma tiene su antecedente inmediato en la conocida cita del Seminario RSI, donde Lacan define al síntoma como el modo «en que cada uno goza del inconsciente en tanto que el inconsciente lo determina».[6]
Por lo tanto, decir que el síntoma es el modo en que cada uno goza del inconsciente puede ser leído como la manera que cada uno tiene de tramitar el goce del Uno depositado en la lalengua.
Desde esta perspectiva, la pareja inconsciente-síntoma sólo se establece si entendemos al inconsciente real ubicado a partir del agujero o bien vinculado al enjambre de los S1 de la lalengua que sirven para gozar. En cuanto al síntoma, se trata del sinthome desvinculado del inconsciente como elucubración de saber, del inconsciente transferencial.
Sinthome//inconsciente real
Volvamos a la cita escogida del Seminario 23:
«Hace un tiempo mencioné una elucubración que es la del inconsciente. Ciertamente se dieron cuenta que hizo falta que baje un punto el sinthome para considerarlo homogéneo a la elucubración del inconsciente. Quiero decir que se anudaba con él.» Se entiende mejor ahora: Inconsciente y síntoma hacen pareja en tanto se entienda el inconsciente como elucubración de saber y el síntoma, como algo sobre lo cual se puede saber. Algo que tiene sentido. Luego sigue la cita «Hace un rato supuse que se reducía el sinthome, que está aquí, a algo que responde, no a la elucubración del inconsciente, sino a la realidad del inconsciente. Lacan señala que el sinthome no se reduce a la elucubración de saber. En otras palabras el síntoma en su vertiente simbólica va más allá y debe entenderse más en su relación con el inconsciente real. Y sigue la cita «Es cierto que, incluso con esta forma, está implicado un tercer término que mantiene separados estos dos redondeles de cuerda» Aquí Lacan deja muy claro que esta pareja sínthome/inconsciente no está junta. No hace uno. Y es entonces que señala un tercer término: el cuerpo, como lo que separa a estos dos redondeles de cuerda.
Cuerpo que separa
Inconsciente y Sinthome separados por el cuerpo. Simbólico y Real separados por lo Imaginario.
Con esto en mente volvamos a la última parte de la cita escogida y veremos que la comprendemos mucho más:
«Este tercer término puede ser lo que se quiera. Pero si se considera que el sinthome es equivalente a lo real, este tercer término solo puede ser lo imaginario. Después de todo, es posible hacer la teoría de Freud concibiendo este imaginario, a saber, el cuerpo, como lo que mantiene separados los dos del conjunto que aquí establecí con el nudo del síntoma y de lo simbólico.»
Entonces, cuerpo, en tanto Imaginario, como lo que separa el registro Simbólico del Real. Pero recordemos que nada es totalmente R, S o I. Todo cabalga. El cuerpo tiene también las tres vertientes: La Imaginaria está relacionada con el ego, con el yo.
Cuerpo separando inconsciente y sinthome. Cuando no hay un yo que separa, ocurre lo que las epifanías de Joyce dan cuenta: S/R unidos.
Cuerpo en tanto lo que hacemos de él, lo que pensamos de él, lo que creemos que es, en tanto algo que tenemos y no sabemos lo que es.
Es ese cuerpo que dejamos ser capturado por imágenes que nos viene de cualquier parte. Es nuestro cuerpo capturado por el imperio de las imágenes. Algunas imágenes mejores que otras, más dañinas que otras, más alcanzables que otras.
Con ese cuerpo que goza, que es gozado, que habla, que es hablado, que vive y muere a la vez tenemos que jugárnosla en la experiencia analítica. Una experiencia que no es sin inconsciente (Transferencial y Real), que no es sin síntoma y sin sinthome y que sin lugar a dudas es con CUERPO. Cuerpo que tenemos, que nos hacemos, y que a veces, no siempre, entra en el juego de la experiencia analítica.
NOTAS
- J. Lacan, Seminario 23, «El sinthome», p. 136
- J. Lacan, Seminario 10, «La angustia», p.139
- J. Lacan, «Joyce el síntoma I» (1975), en Uno por Uno N° 44, 1997, Buenos Aires, Eolia, p.12
- J. Lacan, Seminario 20, «Aun», p. 166
- J. Lacan, «Intervenciones y textos», Manantial, Buenos Aires, 1989, p. 126
- J. Lacan, Seminario 22, «RSI», inédito