Una de las finalidades del cartel es la producción de un saber que promueva, posibilite y de algún modo garantice –junto con otro dispositivo, el del pase -el avance del psicoanálisis. El discurso analítico se soporta en su nudo con la Escuela; la Escuela liga nuevamente a los «desidentificados» por el análisis (en los distintos momentos de cada análisis), en un nuevo modo de lazo social. Lazo que a su vez se sostiene en la idea de que por más que un sujeto pueda conocer exhaustivamente los vericuetos de su propio inconsciente, de los andamiajes de su deseo, de sus respuestas subjetivas y su modo de gozar, aún así no lo sabe todo -al menos es lo que se verifica respecto del psicoanálisis-: no lo sabe todo del psicoanálisis como tal.
La Escuela ofrece entonces sus dos dispositivos –el cartel y el pase- para que la heterogeneidad, la preservación del vacío y de la diferencia no sólo se conserven sino que se pongan a prueba y se renueven. Así, el producto de un cartel estará ligado necesariamente al discurso analítico, pero no sólo a él –como señala Jacques-Alain Miller en su texto Cinco variaciones sobre la elaboración provocada. Será en la articulación entre el discurso analítico con el discurso de la histeria que el trabajo del cartel encuentre su lugar, en tanto produzca un cierto saber en torno de un vacío pasible de ser circunscripto.
Cartelizante: Alexandro Simancas Ortiz
Cartel: Sinthome y semblantes – NEL-Delegación México D.F.
Presentación del rasgo de trabajo:
«De la interpretación y el semblante del analista en la clínica del sinthome»
1.- «De la interpretación y el semblante del analista en la clínica del sinthome» fue el nombre del tema que se me ocurrió para trabajar en el cartel. ¿Qué eso de la clínica del sinthome, de lo real; la clínica borromea? Procediendo con el método que nos ha enseñado Jacques Alain Miller, puse de un lado la interpretación y del otro el sinthome y lo real, con ello comencé a leer textos de Freud, de Lacan y por supuesto, aquellos de Jacques Alain Miller referentes a mi tema. Llevamos casi año y medio de haber conformado el cartel y la inquietud de saber que pronto habríamos de concluirlo, tomo forma cuando nuestra más-uno solicitó de cada uno de nosotros, un breve escrito para dar cuenta de nuestro trabajo.
«El tiempo toma rostro de objeto a cuando hay prisa» fue la frase que se me vino a la mente en aquella reunión y que leí en un curso de Miller; ahora, con algún material leído y reflexionado tenía que avocarme a escribir algo. En el amanecer antes de la reunión, tuve un sueño referente al cartel, a su término y al momento de exponer el resultado de mi trabajo ante la comunidad de la delegación de la NEL en México; varias cosas se precipitaron, tomaron forma, entre ellas el recordar con mayor frecuencia mi propio análisis, y mis propias intervenciones con los analizantes. Efectivamente, están las interpretaciones memorables, las que causan perplejidad, aquellas que ahondan nuestra división subjetiva para que el yo más rápido que tarde, encuentre un modo de restablecer su dominio; pero también están esas otras intervenciones que desde el inicio uno no sabe cómo interpretar, que sentido darles: frases, suspiros, juegos de palabras, etc., que se les atiende por no saber exactamente de dónde viene su efecto, el cual sin embargo perdura como una incomodidad que carcome silenciosa, opuesta a la certeza en la que nos refugiamos cuando una verdad se ha develado ante nuestros ojos.
2.- Cuenta un Roshi a su discípulo que un día regresando a casa de las montañas, vio su puerta abierta, y lo que encontró fue un búfalo en la ventana; sus cuernos y su cabeza habían pasado, las patas delanteras y el tronco estaban del otro lado; el búfalo insistió y logro también pasar sus patas traseras…..pero el rabo del animal, no pasó. ¿Por qué? Le preguntó el novicio; ¡tú dímelo! le reviró el maestro.
Este es un koan clásico de la escuela zen, les cuento una versión de tantas de cómo se cuenta, para preguntarme con ustedes ¿por qué no pasa el goce por la ventana de lo simbólico, habiendo pasado tanto con el blablabla? ¿Qué relación tiene el rabo con el resto del cuerpo del animal, que sí pasó, si solo sirve para espantarse las moscas? En esa época el búfalo no paso el rabo ¿en otra época podría no pasar la cabeza o los cuernos? ¿En qué figuras metonímicas se ha transfigurado el goce de nuestros analizantes enmarcado en los nuevos pero cambiantes referentes que se erigen en nuestra civilización? ¿Hay algo de hacer semblante de a, que ahora se encuentra en primer plano y que quizá, desconocemos? El que vivamos en esta época no garantiza que estemos abiertos al espíritu que la gobierna ¿no lo creen?
3.- ¿Qué escuchamos, que leemos los analistas de hoy en el decir de nuestros analizantes, acaso nuestro quehacer es el mismo que el de Freud, el de Lacan; que consecuencias ha tenido para la dirección de la cura la transformación del marco simbólico de nuestro tiempo, y con ello, qué trasformaciones amerita la formación del analista?
El hacer semblante de a del analista se encarna en su acto, sin embargo me pregunto ¿qué tan determinados estamos los analistas para hacer semblante de una tal manera, que quizá estamos dejando fuera lo que nuestra propia cura elidió y que ahora se encuentra en primer plano? El acto del analista, creo yo, es inseparable de la cultura en la que se engendra -y en la que ahora vivimos- predominan los interrogantes.
Cartelizante: Aldo Avila
Cartel: Sinthome y semblantes – NEL-Delegación México D.F.
Presentación del rasgo de trabajo:
«Política y el deseo del analista en el campo psicoanalítico»
Me da gusto empezar a escribir en este dispositivo y saludar a sus lectores dentro del Campo freudiano.
Quisiera dar cuenta de lo que me animó a decidir el nombre de mi rasgo en el cartel:
Una consecuencia del deseo de Lacan es «La Escuela», en donde se inscriben las incidencias a nivel institucional de su enseñanza.
Desde el inicio de mi formación como psicoanalista estaba en el horizonte la AMP y la estructura de Escuela. Estudiar a Freud desde «la orientación lacaniana» implicaba reconocer el acto político que significó para Lacan la «excomunión» por parte de la IPA, es decir, el hecho real de que el poder de la cúpula institucional de «LA» IPA (la representante totalitaria del psicoanálisis) podía intentar borrar del mapa a un psicoanalista reconocido por su compromiso estructuralista, casi estoico con la letra freudiana y después con la causa freudiana misma.
Se develaba que el discurso psicoanalítico no podía ser «contenido» por el poder institucional, en un acto que significó finalmente poner atención en el deseo del analista. Si la orientación lacaniana o más bien la política lacaniana implica poner en el «banquillo de los acusados» al psicoanalista, como dice Lacan en La dirección de la cura, e implica una nueva definición del analista, calificándose éste por formalizar un final de análisis; por poder «decidir sobre su propio oráculo, articulándolo a su capricho, siendo amo de su barco después de dios» parafraseando a Lacan en ese mismo texto. Se preparaban las condiciones para estipular «el pase».
Instituir la singularidad del devenir analista, desde su propio procedimiento psicoanalítico, en el dispositivo del pase, que forma parte de la estructura de Escuela, que como dije es ésta a su vez materialidad- lógica que signa el deseo de lacan. Hacer lazo con la escuela, significa, se sepa o no, hacer lazo con ello.
Hacer compatible lo psicoanalítico mismo con lo institucional, es algo del orden del deseo, y en el caso del pase, del deseo del analista.
*REDUCIR AL MÁXIMO LA BUROCRACIA
Si lo que se necesita para entrar a la Escuela de Lacan es desearlo, entonces sí se reduce al máximo la burocracia institucional, aunque no se elimine totalmente, ya que como lo dice Miller en el seminario de «política lacaniana» siempre será necesario una «ventanilla, una oficina «y una persona detrás de ella con la que tendremos que vérnoslas y reconocer que por algo está ahí.
*PRINCIPIO DE HORACIO
«Nadie puede arrojarse la representatividad total del psicoanálisis» es decir, no toda representación del psicoanálisis, ¿y por qué dentro de este principio del «no todo» elegiríamos, la escuela de lacan? Pues justo porque corresponde al momento histórico- material- lógico de la imposibilidad de representar totalmente al psicoanálisis por parte de la IPA, es una cuestión de congruencia con la historia, la política, la ética y la lógica del psicoanálisis.
La escuela de Lacan permite «no contener, sino soportar» el quehacer y el discurso psicoanalítico en lo institucional. Lo ha permitido hasta hoy, y una prueba de ello para mí es el cartel o la vivencia que he tenido en el cartel.
La experiencia que he tenido en el cartel ha implicado por ejemplo relajar mi belicosidad- militante por el filo cortante de la verdad psicoanalítica. Es verdad que no había estado en la estructura de escuela o mejor dicho en algún dispositivo de ésta, como es el cartel.
Realmente mi formación la había venido haciendo en un grupo psicoanalítico que en algún momento formó parte de la AMP y que como resultado de las enfermedades propias de los grupos, la identificación del líder con el SSS, dejó de ser parte de la misma y se fue desmoronando; así que he encontrado como resultado de mi separación de aquel grupo y mi participación en el cartel la posibilidad de volver a relanzar mi militancia ahora en un dispositivo de Escuela, en donde he podido clarificar también que «la destitución del Otro» puede muy fácilmente convertirse en «la destrucción del Otro» y ese era uno de los efectos grupales que yo padecía al militar fuera de la estructura de Escuela, o en específico fuera de este dispositivo del cartel, NEL-Delegación México D.F.
Hoy 9 de Septiembre de 2011, recordando y homenajeando desde este espacio a nuestro querido LACAN.
Cartelizante: Andrea Peredo Pacheco
Cartel: Sinthome y semblantes
Presentación de rasgo de trabajo:
«Las relaciones amorosas en las mujeres de hoy y sus semblantes»
Dice Mauricio Tarrab «en el cartel se puede obtener un camello», y cita a Lacan… «júntense varios… para hacer algo…y disuélvanse para hacer otra cosa…»
A mí, como a mis colegas, lo que nos ha convocado «es hacer algo», y es que en México desde hace mucho tiempo se tiene sed de «hacer algo» que se articule al psicoanálisis, por lo que participar en el cartel es para mí un testimonio de esta articulación en la Delegación en México de la Nueva Escuela Lacaniana.
Por otra parte, me gustaría participarles mi experiencia en el mismo y de cuando nuestro más-uno nos solicitó escribir sobre el porqué de nuestro tema; lo primero que me evocó fue al inconsciente, y como sabemos, es que el inconsciente habla; pero principalmente puedo decir que fue la escucha de lo que las mujeres dicen sobre sus relaciones amorosas, lo que genera cuestionamientos que trato de poner en juego en este trabajo.
Considerando que las mujeres se han venido posicionado como las dirigentes, exitosas y autosuficientes, los cuales son solo algunos de los significantes con los que se han identificado, mismos que han generado también una posición frente su partenaire que parece mermar el semblante del hombre, es preciso ir ubicando algunas coordenadas, que permitan vislumbrar estas aparentes formas de relación-amor; para ello fue necesario decantar este tema e ir situándolo en el tiempo cronológico, a fin de dar lugar a los acontecimientos relacionados con el mismo. Así, lo primer fue llevar a cabo una revisión de varios textos de donde surgió la siguiente pregunta:
Qué hábito reviste el semblante de la relación entre un hombre y una mujer en el siglo XXI? Qué se oculta, qué de eso que parece amor o qué la compulsión a la repetición no cesa de actualizar en las parejas contemporáneas? O es que no se deja de ser la «niñita» de la diferencia anatómica de los sexos del texto de Freud, pues su discurso da cuenta de un actuar como si fuera el hombre?
Históricamente podemos identificar su participación hasta en la segunda guerra mundial, en la política, pero la influencia de los movimientos feministas europeos y la liberación femenina, son sucesos que cambiaron radicalmente la forma de relacionarse con el mundo simbólico; e incluso podemos observar su aparición en el cine, en afiches y slogans de publicidad; por ejemplo los hermanos Marx, cineastas hollywoodenses, que como muchos otros, aprovecharon la figura de la mujer para proyectar diversas imágenes; imágenes, que sirvieron para que las mujeres se alinearan al discurso capitalista e incursionaran en ámbitos que antes sólo el hombre tenía acceso, laboralmente hablando; incluso estadísticamente, lo podemos constatar con cifras que reflejan su participación y fuerza de producción.
En este sentido será que es este siglo augura ser más permisivo? Una pseudo modernidad que establece y autoriza formas que rompen con los estándares preestablecidos, como la idea de casamiento, la cual ya no es un fin primordial en las parejas? Actualmente ni el cortejo forma parte del protocolo para establecer una relación. Asimismo, la tecnología ciber propone vínculos que pueden satisfacer en la inmediatez una necesidad? Con sus formas más variadas en los grupos y subgrupos en los que socialmente están estratificados y los encuentros a través de las redes sociales como es el Facebook, el chat Twitter; y para continuar conectado al «otro»; los teléfonos celulares, cuentan con el servicio de Internet para seguir en la «red»; los juegos virtuales, una forma de reflejar la vida real, que para un tiempo próximo tal vez, hasta la suplan.
Estos aspectos obedecen a los nuevos patrones simbólicos establecidos socialmente, y esta cadena de significantes sirven para avistar el futuro o serán los inicios del ser sin ley, sin límites que puede satisfacer de manera directa al goce? o es que ahora predominará el amor sensual?, Qué consecuencias tiene la inserción de la mujer en este siglo al mundo capitalista?, ¿cuáles son las coordenadas que aparecen? ¿Cuál es la posición de la mujer para este siglo? Acaso nos dirigimos a la desaparición de categorías y estatutos que rigen la sociedad, es acaso que el tabú es inoperante, o es que es que el imperativo ¡Goza! libera las prohibiciones, y quizá esto responde a un nuevo orden simbólico, que es el tema incluso del próximo congreso en Argentina.
México, oct., 2011 N. Andrea Peredo Pacheco.
Comisión de carteles de la NEL:
Elida Ganoza, Beatriz García, Mayra de Hanze, Piedad de Spurrier, Ana Viganó.