Es interesante escuchar a las chicas entre los 20 y 23 años (mis sobrinas), que ansían encontrar un «príncipe azul», definiendo una lista de cualidades del hombre ideal que quieren para ser el elegido como su compañero de travesía por esta vida. Son demasiadas sus cualidades por tanto insisten en lo «Ideal» que él sería. Con el avance de la conversación van disminuyendo sus pretensiones, pero en conclusión -por ellas mismas -no existe…pero «!Blancanieves y Cenicientas si lo encontraron!». Suspiran… y rien.
Esta conversación en una tarde de domingo en casa de la abuela durante las fiestas de navidad, fueron las que motivaron mi interés de preguntarme ¿cómo los cuentos de hadas , impactaron en ellas para definir su príncipe azul?. En ese sentido, encontré las respuestas, de las que voy a hablar hoy brevemente, la de Freud en «El creador literario y el fantaseo» y la de dos escritores, Bruno Bettehleim y Clarissa Pinkola, que han sido influenciados de alguna manera por el psicoanálisis.
En la lectura de «El psicoanálisis de los cuentos de hadas» de Bruno Bettehleim y «Las Mujeres que corre con los lobos» de Clarissa Pinkola, descubro que ninguna culpa tienen estos cuentos en la búsqueda del príncipe azul, del «hombre ideal».
Por el contrario estos autores me revelan cómo leer cuentos de hadas contribuye a » poner en orden la casa interior» (Psicoanalisis de los cuentos de hadas pag 9) reorganizando los componentes del inconsciente y haciéndolo más vivificantes : es decir, la relación que tenemos con los objetos del amor, del deseo y del goce desarrollando discursos internos que restablecen el sentido de vida y como llena de esperanza de que » Un gran Alguien nos espera para restaurarnos, transformar lo que está deteriorado y vendar los miembros que han resultado heridos» (Mujeres que corren con los lobos pag 566) , como atenuante al duelo de la separación.
Es así como a través de la literatura el escritor de los cuentos de hadas inventa personajes fantásticos que no están interesados en dar información útil acerca del mundo externo sino en los procesos internos de cada individuo, no quiere dejar moralejas, ni indicar forma de comportarse para recibir premios o diseñar el camino de certezas para encontrar la tranquilidad, sus historia provoca placer sin remordimiento ni vergüenza, quizás de las propias fantasías donde caben los ideales; que de otra forma diferente escandalizarían. . En ellas se pone en juego tanto los conflictos humanos, como muerte- vejez-enfermedad, problemas existenciales entre el mal y el bien, el mal en tanto el miedo a la separación, a la muerte y el bien » feliz para siempre» como alivio la posibilidad de alcanzar un vínculos amorosos y de seguridad emocional.
Por su parte, en el » El creador literario y el fantaseo» pag 130, Freud plantea que » la fantasía plasma deseos insatisfechos y sirve como rectificación de la insatisfactoria realidad» . De esta manera, entiendo que el príncipe azul, promete la esperanza de una vida apacible y no de vivir en un mundo de ideales, que generan sufrimiento, es decir, vivir con un deber ser, persiguiendo la perfección que no existe.; por el contrario y como es en un análisis invita a encontrar sus propias soluciones sobre lo que el cuento – tú cuento- alude de ti mismo. Es con la fantasía ( del cuento de hadas, mitos) como simbólicamente logramos iluminar esos monstruos que se encuentran en nuestra psiquis, es con la palabra que los extraemos de remotos lugares, para mirarlos a los ojos sin miedo, vergüenza, culpa; pasando de lo imaginario a lo real, convirtiendo los castillos en el aire , en castillos habitables.
De este modo es como la conversación de mis sobrinas inspiro mi pregunta inicial en el cartel. Hoy en el avance del mismo es «la hora del tinto» en la institución donde trabajo, en medio de reuniones con el equipo de trabajo entre maestros y coordinadores, para hablar de avances y retroceso en la relación con los niños y las niñas, la que me motivo a iniciar un proyecto de lectura «La Nostalgia de las Hadas». Consiste en utilizar diferentes estrategias para leerle a los niños y niñas cuentos de hadas iniciando con los significativos para cada maestro, y buscando tener una mirada intencionada sobre los efectos de estas lecturas en el comportamiento; observar si identificarse con algún personaje de dichos cuentos le abre alas a la fantasía y responder las siguientes preguntas que hago mías en el cartel:
¿Esta posibilidad de fantasear disminuye sus acciones agresivas con los otros?
¿Permite a los niños y niñas retraídos, ausentes, silenciosos, crear lazos sociales?
Espero avanzar en esta observación y en próximos encuentros irles contando.