icono-a-ritmo-propio-borde-blanco.png
Rufino Tamayo | Niños jugando con fuego

Sola Madre

Ishtar Rincón

Ishtar Rincón (NEL-Maracaibo)

Trabajo producto del cartel “Madres solas con hijos sin padres”

Comienzo planteando varias preguntas: para una mujer ¿que significado tiene la maternidad?, ¿que significa para una mujer ser madre?, ¿qué obtiene una mujer por medio de la maternidad más allá del hijo?, más si esa mujer está sola, sin una pareja, si es solamente madre.

Podríamos pensar que para ser madre es necesario antes que todo ser mujer biológicamente. Sin embargo vemos como en la actualidad hay numerosos casos que nos dicen que no necesariamente es así, las familias monoparentales son un ejemplo. En una entrevista en la revista Vanity Fair en 2015 el cantante Ricky Martín dice “Soy papá y soy mamá y a mis hijos les contaré la verdad”, cuando le preguntan qué nombre le daría a su familia, él responde “familia moderna, completa”. Este cantante decidió tener sus hijos con un vientre de alquiler, cuando le preguntan sobre ello dice “yo no alquilé un vientre. Esa expresión la están utilizando los fundamentalistas. Me prestaron un vientre. No pagué por él”. Para ser madre parece necesario que haya algo más allá de lo biológico.

Lacan aclara este tema en el seminario XX cuando crea las fórmulas de la sexuación. Basta con encarnar del lado femenino de la sexuación para estar del lado que se acerca más a ser mujer, pero que sin embargo no la define totalmente. Es en este mismo seminario que Lacan enuncia que “la mujer no existe”, entonces, si la mujer no existe, ¿en qué se soporta y se hace posible para una mujer ser madre? si no hay un representante simbólico para la mujer, ¿cómo a partir de esta puede existir la madre?.

Me parecen convenientes las palabras de Marie- Helene Brousse en el texto “Los cuatro discursos y el Otro de la modernidad” que fue establecido en el I Encuentro Colombiano del Campo Freudiano en el año 1999, donde dice algo muy importante que conviene al tema, “en el psicoanálisis no se puede escribir la relación sexual como tal para un sujeto, es decir para un ser del lenguaje, en el psicoanálisis la única forma de escribirla es como padre y madre”. Explica que hay una diferencia entre ser mujer y ser madre, la mujer algunas veces puede intentar conseguir algo de lo femenino a través de la maternidad, porque así puede llegar a decir algo de su sexo. Sin embargo, Brousse dice que tener un hijo no las hace mas mujer que antes, “quizás en cambio, un poquito menos”.

Por otra parte, Lacan en el texto Televisión dice que en el inconsciente no hay mujer sino madre y utiliza la expresión en Latín “Quod castracionem“, lo cual quiere decir que la madre es una mujer con castración. La madre es una mujer dividida, que está del lado del no todo, de la falta. La mujer llega a ser un síntoma para el hombre, en cambio para ella se introduce el término “estrago”, que representa la devastación de la relación con un hombre, que también se jugará en la relación con el hijo. Se aprecia que en la relación entre hombre y mujer hay algo no funciona del todo bien, esto es “no hay relación sexual”.

En el último Lacan se puede ver como lo que ordena el goce del sujeto no es el padre, sino el síntoma y el discurso. El padre se convierte en un síntoma para los seres hablantes. Por otra parte, en la fórmula de la metáfora paterna, en la cual Lacan llama al padre como una función, el significante del deseo materno DM puede ser sustituido por el significante nombre del padre NP y por el falo (ϕ). La madre también es una función, por lo cual también queda reducida a lo simbólico, entonces va más allá de la figura imaginaria de la madre. La madre cumple la función de un deseo. Para ser madre lo que hace falta es que haya deseo. En el texto dos notas sobre el niño, Lacan explica que la función de la madre se refiere a cuidados guiados por un interés particularizado, así sea por la vía de sus propias carencias. El niño aliena en él todo acceso posible de la madre a su propia verdad, dándole cuerpo, existencia e incluso la exigencia de ser protegido.

Cuando el síntoma que llega a dominar compete al de la subjetividad de la madre, el niño queda involucrado correlativamente a un fantasma. Cuando no hay separación sin mediación entre el ideal del yo y la parte del deseo de la madre, el niño queda expuesto a las capturas fantasmáticas, se convierte en el objeto de la madre y su única función es revelar la verdad de este objeto. El niño realiza lo que Jacques Lacan designa como el objeto a en el fantasma. Satura, sustituyendo ese objeto, el modo de falta en el que se especifica el deseo.

Ahora bien, hay diferentes posibilidades para que una mujer sea sola madre, puede ser que ella haya decidido prescindir del Otro, del partener, por separación o diferentes motivos, lo que se conoce en nuestra sociedad como madres solteras. Las mujeres han tomado más responsabilidades dentro de la sociedad, se podría decir que ahora son más autosuficientes e independientes o como dice Lipovetsky que “hay un avance actual de las mujeres para el campo de los hombres”. Actualmente, la mujer no sólo desempeña trabajos o actividades que antes eran sólo reservadas a los hombres, sino que también ese avance hacia el campo de los hombres se refleja a un nivel simbólico, a un nivel fálico, del lado masculino de la sexuación.

Dentro de todas esas actividades, el ser madre es una tarea más. Algunas hasta manifiestan su deseo de permanecer sola. El hecho de que su posición subjetiva gire alrededor de cumplir solamente con la función materna, de no tener pareja o partener, no la hace necesariamente estar en falta de la figura paterna para su hijo. Se escucha comúnmente decir a algunas mujeres “fui padre y madre para mi hijo” así como lo dice Ricky Martin en la entrevista. En algunos casos, tienen un deseo materno, son madres a un nivel biológico e imaginario, pero también cumplen la función del falo a un nivel simbólico. En el caso de que sea una madre neurótica, el niño se convierte en el partener o falo para la madre. En las psicosis, las madres dejan al niño atrapado o alienado a ellas, sin referencia simbólica, a veces se escucha decir “es que mi hijo y yo somos uno”. Sin embargo, hay casos donde a pesar de que sean solamente madre e hijo, este último puede desear algo más y tener una referencia externa.

También está la mujer cuyo único deseo es ser madre, apartando todo su deseo de mujer para un hombre, son mujeres que viven para sus hijos y dedicadas por entero a ser madres. Sabemos lo difícil que es para una mujer lidiar con la incapacidad de encarnar “la mujer”, con lo que implica la falta en ser y el no contar con un representante universal que le dé un sustento a su sexo. En la sociedad es común escuchar que “para realizarse como mujer hay que ser madres”. Se reconoce la maternidad como una vía, que sino es la única, sería la más importante para llegar a una “realización”, a una misión o la cumbre de lo que es ser mujer. Se busca aprehender algo de lo femenino, algo que decir sobre el no todo que divide y angustia.

Entonces, retomando una de las preguntas que me formulé al inicio: si no hay un representante simbólico para la mujer, ¿cómo a partir de esta puede existir la madre?. La respuesta se orienta porque es justamente esa falta en ser, esa inconsistencia de ser mujer lo que impulsa el ser madre como una vía de intentar responder a la pregunta ¿qué es ser una mujer? Es justamente el vacío que gira alrededor del significante mujer lo que hace de soporte a la madre. Pero también por esta vía lo que se encuentra es con el saber ser apenas una madre.

BIBLIOGRAFÍA

Más productos de este Boletín
Boletin 26 Rufino Tamayo. Niños jugando con fuego
Una pregunta por el saber escolar, muchas respuestas desde la subjetividad
Natalia Moscoso Orrego
Boletin 26 Rufino Tamayo. Niños jugando con fuego
Tratamientos a un desarraigo con deseos de pertenecer*
Jessica Jara Bravo
Boletin 26 Rufino Tamayo. Niños jugando con fuego
Madres no tan solas
William Dos Santos Figueira
Boletin 26 Rufino Tamayo. Niños jugando con fuego
Los pecados del Padre. A propósito de los 100 años de Juan Rulfo
María Isabel Uribe
Boletin 26 Rufino Tamayo. Niños jugando con fuego
Lo que el autismo enseña a propósito de la falla en lo simbólico Cartel: El Cuerpo y sus decires
Cruz Elena Gómez Giraldo
Boletin 26 Rufino Tamayo. Niños jugando con fuego
Influencia del exceso y falta de norma en el niño
Daniel Tamayo Mendoza
Boletin 26 Rufino Tamayo. Niños jugando con fuego
El cartel beneficia la Clínica Psicoanalítica
José Fernando Velásquez
Boletin 26 Rufino Tamayo. Niños jugando con fuego
Editorial
Claudia Velásquez