JORNADA DE CARTELES NEL GUAYAQUIL
Junio 30 de 2018
Es de interés de este trabajo precisar la psicosis ordinaria, no por fuera de la psicosis, ni como una forma indefinida del todo delirantes. Y, por lo tanto, introducir de entrada la condición de la psicosis que Lacan esclarece en De una cuestión preliminar, «el desorden provocado en la juntura más íntima del sentimiento de la vida en el sujeto»[1], como el fondo que se vislumbra cuando fallan los anudamientos o reparaciones, y tales anudamientos se reabsorben en el fondo pulsional de la falta de sentimiento de vida.
Citando la referencia del caso de María Victoria Clavijo «Una suerte de sospecha», uno de los dos casos que se analizaron para la Conversación sobre Papers 7, se muestra en contraste la energía del cuerpo // con el «cuerpo que pierde su potencia» como fenómeno elemental discreto. Correr rápido con una técnica aprendida en el colegio, es algo que ha retomado después de un largo tiempo de conflictos académicos y laborales, no tiene vida social. Eso es satisfactorio, y también lo ha sido las aventuras sexuales transitorias con chicas, sin amarlas. Hasta que una amiga con la que intenta algo, acepta un beso, pero se niega a tener sexo sin tener una relación y lo bota. Al día siguiente, las cosas se enrarecen al ver unos locos y se siente raro. Se pregunta si él se volverá loco. La ambigüedad de la respuesta de la chica le generó todo tipo de dudas, sobre su potencia, sobre su seguridad, sobre su cordura, ya no sabe cómo hay que ser, pierde ese saber que él tenía para los encuentros sexuales, ocupan su mente pensamientos de muerte. Hay una caída de algo en lo que por un tiempo anudaba la potencia del cuerpo, un saber cómo hacer, la cordura. En la coyuntura de la evidencia de la ausencia de relación sexual tales anudamientos se reabsorben en el fondo pulsional de la falta de sentimiento de vida.
En Scilicet ¨Las psicosis ordinarias y las otras, bajo transferencia, Marcelo Marotta[2] dice, «la imagen fálica es el tercer término del ternario imaginario en el que el sujeto se identifica con su ser de vivo. Si hay una elisión del falo, entonces sólo quedan los otros dos términos que representan el filo mortal del estadio del espejo». Podemos entenderlo como que la ausencia de la imagen del falo como lugar tercero en el que el niño puede identificarse al falo de la madre deja sólo el lugar mortífero de la relación entre los otros dos términos (n-M) que atrapa al niño.
En el caso de Raquel Cors «Lo que desata una selfie -del órgano», ella dice «impotencia para cerrar un ciclo o pasar a una sustitución, se trata de un cuerpo que deambula en una vida ordinaria, escasa de ideales, amor, deseo, y por supuesto del falo. ¿Se tratará aquí del empuje a la regresión al estadio del espejo? «…en la psicosis puede producirse un agujero en lo imaginario por la falta de significación fálica …que correlativamente implica la regresión tópica al estadio del espejo»[3].
Pero, si respecto a la regresión tópica al estadio del espejo podemos referir la pululación de seres y el surgimiento de entidades desafectadas, ¿cómo es que en el caso y en otros casos de psicosis, no se producen los abismos, del hundimiento de los planos de lo Imaginario y simbólico que Lacan muestra en el esquema I? ¿Qué detiene la deriva al abismo que hunde al sujeto al término del proceso psicótico? ¿Cómo es que ciertos sujetos consiguen anudamientos, reparaciones que sostienen los registros que se sueltan, impidiendo el caos? Esto es lo que se da en algunas psicosis en que algo impide el desencadenamiento a pesar de que las condiciones esenciales de la psicosis están dadas, y quedan sólo signos discretos que pueden extraerse en la externalidad con que se vive el cuerpo, las ideas, o el mundo.
Bassols[4] en una lectura palabra por palabra del post scriptum en De una cuestión preliminar, subraya que la forclusión no es causa, sino efecto y de manera especial, subraya también que Lacan habla de estructura, no para designar la neurosis o la psicosis, sino lo que separa a la neurosis de la psicosis.
¿Qué consecuencias tiene esta precisión? La estructura es lo Real del lenguaje. ¿Y lo que separa neurosis y psicosis es lo que hace el sujeto con ese real? ¿Cómo responde a la marca del S1 Solo? ¿Lo anuda al 2 haciendo cadena que ata el significante al sentido, como en la neurosis? O responde desde el reducto del 1 Solo sin el S2, soportándose en el sufrimiento de estar en los enjambres de significantes sueltos. O la otra forma, en las psicosis ordinarias, siempre en singular, que es poner otra cosa en el lugar del agujero de sentido: Así, un sujeto logra retorsiones[5] entre lalengua y palabras que ponen a los demás a dar sentido, como Joyce, o, en el caso que trae Raquel, soluciones de saber, la automedicación como prolongación del saber psiquiátrico del padre para lidiar con lo que pasa en su cuerpo, o imágenes en una función que Lacan logra despejar para nosotros, sustituyendo al significante en lo simbólico. Una imagen que pueda hacer un tejido con lo real. Una imagen, un visual, como un objeto del que el sujeto puede gozar. Pero no puede explicar, como la selfie de su órgano en el caso tratado.
El trabajo con las psicosis ordinarias pasa por destacar algo que aparece como un elemento discreto, como la levedad de un reflejo de las condiciones de la psicosis, a veces aparentemente normalizadas por un quehacer contemporáneo en el que la forclusión del amor aparece como rasgo de cultura, en el que se mimetiza la fórmula del primer caso: se puede tener aventuras sexuales sin tener que amar. Cuando fracasa la fórmula aparece la rareza del mundo, la idea de ser loco y la caída de la potencia del cuerpo.
NOTAS
- Lacan. De una cuestión preliminar. Escritos II, p.244.
- M. Marotta. Elisión del falo, F subcero. Scilicet XI Congreso, p. 139.
- Ibid. p. 140
- Radio Lacan, Bassols. Las psicosis ordinarias y la otras, bajo transferencia. Alegoría psicoanalítica del taburete
- Lacan, J., en el seminario 25 El momento de concluir, usa el término «retor» para decir lo que es el analista, en tanto que «rectus equivoca con la retorificación»…para indicar que «la verdad tiene que ver con lo Real y lo Real está doblado, si se puede decir, por lo Simbólico». De donde puede proponer que «sería necesario que sepa operar convenientemente, es decir que pueda darse cuenta de la pendiente de las palabras para su analizante, lo que incontestablemente ignora». Lección del 15 de noviembre de 1977.