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Miguel Ángel Guarín | La mujer y la Lira

Transitar por un cartel

Pamela Maya González, Amiga NEL-CDMX

Durante el recorrido del trabajo de cartel una de las tantas interrogantes que tenía fue acerca de qué es un producto y cómo transmitirlo a otros, tenía claro que, como lo intenté hacer en una ocasión anterior, no quería hacer un ensayo académico acerca de mi rasgo y tampoco, como en algunas ocasiones escuché, una relatoría acerca de la experiencia grupal del cartel, tema que emergió en el trascurso de las reuniones, ante esta emergencia, la más uno puso el reto acerca de la invención de cada uno.

En un primer momento, fue dar cuenta de la importancia acerca de los rasgos; distinción fundamental con otras formas de trabajo. Los rasgos que permiten a cada cartelizante adentrarse -a su manera- al psicoanálisis pero que además pone en juego al deseo y las interrogantes propias, abriendo posibilidades para el encuentro con temas, que en un primer momento, pueden pensarse como ajenos, también de desencuentros con temas que a veces sentimos cercanos al nuestro, siendo así, que el rasgo como base es el fundamento para el trabajo en cartel.

Dentro del cartel se desplegará el discurso, condición necesaria para el lazo con otros y si bien éste no se salva de los efectos grupales, como identificaciones y rivalidades puestas en juego y en las que es fácil perderse, lo que puede sostener es la transferencia de trabajo, arriesgarse al trabajo con otros implica reconocer que ahí se produzca alguna modificación, sólo así, podemos decir si realmente hubo un trabajo, más allá de la producción, tendrá que ver con la ganancia para cada sujeto, qué de ese saber que se puso en juego se movió; puede aparecer de distintas formas, como fue en este cartel. Podría ser entonces, identificar algo particular del rasgo que nos llama , pudiendo así, realizar otro cartel o identificar algo propio del rasgo y llevarlo a análisis o replantear algo acerca de nuestra práctica o elegir trabajar con otros con todo lo que eso implica, en mi caso podría decir que fue dar cuenta de mis impasses con mi relación al saber, que en ocasiones, de alguna forma obstaculiza el trabajo con otros, pero también mi posibilidad de seguir interrogando sin perderme con y en ellos, es decir, poder preguntar y en esa espiralidad permitir continuar el trayecto, no en una forma circular, intentando comprender, sino que al hacer lugar a la ignorancia, se rodee de manera distinta, para esto la articulación de los textos con la clínica y los casos fue una vía importante en el trabajo.

Para mí el cartel, al menos esta vez, tiene que ver con acompañar, lo cual tiene una significación particular al ser justamente esa mi práctica, es con la presencia de otros, que se posibilita, no sólo sostener el deseo de saber, sino que al mismo tiempo interrogarlo, con los efectos que esto supone. Una aproximación fue el dar cuenta de las distintas formas de presencia, es decir, que no se trata solamente de que los cuerpos estén ahí, sino que a veces la presencia va más allá de eso, se trata de los alcances y la posibilidad de sostener los síntomas vía el acto.

Hubo dos momentos ubicables para mí por su relevancia en este cartel, uno: el dar cuenta de la reiteración de mi pregunta acerca de qué es la letra y la implicación de ello y el otro: no huir de la posibilidad de compartir esto ante otros.

Al escribir mi producto hubo tres elementos que quise incorporar, el primero tenía que ver con dar cuenta de cómo pensaba ahora mi rasgo, el otro acerca del movimiento en mi lectura con los textos de Lacan y mi relación con el psicoanálisis y en tercer lugar mi mirada sobre el cartel. Al meter estos elementos me parecía que el texto estaba desarticulado, en partes, pero fue la manera en que se me hizo posible poder decir algo de aquella experiencia.

Para concluir, me gustaría terminar planteando una pregunta que queda como producto del cartel y que me impulsa a transitar, ¿qué es la escuela? Si bien, no puede pensarse sin la transferencia hacia textos de Lacan o Miller, lo fundamental está en la posibilidad en la transferencia de trabajo, no con todos pero sí con algunos, es decir, la escuela no puede pensarse sin la producción de un deseo de trabajar con otros.

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