X Jornadas NEL, «¿Qué madres, hoy? Vicisitudes en la experiencia analítica».
Cartel-Eje 1C: Deseo de madre/Deseo de mujer.
Más Uno: Susana Schaer.
Más allá de Freud, no sin él.
Pensar en Deseo de madre/Deseo de mujer me interroga acerca de la hipótesis edípica freudiana que establecía el destino de la mujer como madre. Entre las varias referencias en relación a este punto, dice: «la libido de la niña se desliza (…) a lo largo de la ecuación simbólica prefigurada pene = hijo a una nueva posición. Resigna el deseo del pene para reemplazarlo por el deseo de un hijo.» (Freud, 1925). Lacan, no sin Freud, va más allá del Edipo inscribiendo una ruptura, planteando que la maternidad es una de las varias salidas que puede elegir cada parlêtre.
De este modo, la maternidad en Lacan no es el resultado edípico freudiano para la niña, ya en el Seminario 17 señala un giro importante: «El deseo de la madre… siempre produce estragos. Es estar dentro de la boca de un cocodrilo, eso es la madre. No se sabe qué mosca puede llegar a picarle de repente y va y cierra la boca. Eso es el deseo de la madre». (2010, Pp. 118). Contrario a la lógica del «para todos x», es decir, del planteamiento que desde lo universal enuncia que toda mujer será madre, sosteniendo «lo natural» en dicha función, la existencia de un «instinto maternal» que ofrece cuidado y protección, estableciendo un saber hacer con eso.
Entonces, desde el Psicoanálisis no hay lo natural, no hay una forma preestablecida que determine el modo de hacer con la maternidad, la paternidad, una familia, una pareja, un hijo, sino un hacer singular con eso que no tiene sentido, con eso que no cesa de no escribirse. Así, a la serie del no–todo que Lacan plantea como La Mujer no existe y la relación sexual no existe, agrego La familia no existe, Toda mujer madre no existe, es la coordenada que me parece, permite a M. H. Brousse, preguntarse «¿de qué sexo es la madre hoy?» (2018).
La barra divide.
Me sirvo de las matemáticas con las que Lacan nos ilustró y rescato la barra oblicua que representa la operación de la división, variante introducida por De Morgan (1845). Así, hablar de barra es referirse a la falta, a la división subjetiva.
En el eje Deseo de madre/Deseo de mujer, el deseo se encuentra a ambos lados de la barra y, acerca del deseo, Lacan en el seminario de la Angustia dice: «no hay deseo realizable que no implique la castración» (2013, Pp 196). De este modo, deseo de madre no es sinónimo a deseo
de mujer, así como tampoco mujer es sinónimo de feminidad, representando por lo tanto una operación diferente para cada parlêtre. Ya que, madre y mujer las pienso como significantes, – así como en el seminario 20 lo son hombre y mujer- agregando Lacan que: «el significante es la causa del goce» (2011, Pp. 33).
Es decir, interpreto la barra como división, representando la castración, advirtiendo su lectura como: madre dividida, mujer castrada. Con lo cual, deseo de madre y deseo de mujer llevan impreso un más allá, el no-todo, que habla precisamente de la singularidad, del modo singular de hacer con el goce, de cómo cada uno se las arregla con eso femenino, siempre uno por uno: cada madre, cada mujer, cada parlêtre.
Feminidad.
Freud dirá que la castración feminiza: «Inhibe y restringe la masculinidad, estimula la feminidad.» (1925) De este modo, el misterio de la feminidad y sus marcas, crean un vacío que va más allá de las determinaciones biológicas, del órgano biológico. Ya señalaba el enigma de la feminidad, refiriéndose a ella como un «continente oscuro» (1926) y desde Lacan, cada parlêtre ante eso que se escapa, dará lugar a una invención siempre singular. Por ejemplo, algunos para no saber de eso, se sirven de la maternidad como rechazo a la feminidad (Miller, 2011).
Lacan en «Aun» plantea que: «el goce de la mujer se apoya en un suplir ese no-toda. Para este goce de no toda, es decir, que la hace en alguna parte ausente de sí misma, ausente en tanto sujeto, la mujer encontrará el tapón de ese a que será su hijo», (2011, Pp. 47). Es decir, en la mujer el falo nunca es suficiente, algo queda siempre más acá y más allá de esa medida fálica, siendo el goce suplementario.
Lacan propondrá las fórmulas de la sexuación para referirse a la posición masculina y a la femenina, donde lo particular es el goce en cada posición. El goce masculino, fálico, limitado y el femenino como un goce más allá del falo pero no sin él, es decir no-todo fálico, hay algo más que insiste, ilimitado, que escapa al sentido común.
Así, con ese neologismo sexuación, Lacan da cuenta de la posición singular que el parlêtre asume ante la relación sexual que no existe, estableciendo una marcada distancia tanto con lo biológico como con los significantes hombre y mujer.
En un intento por ubicar la pregunta de M. H. Brousse referida, ¿de qué sexo es la madre, hoy?, propongo pensar que la maternidad puede ser llevaba a cabo desde una posición femenina, por alguien que biológicamente es hombre, ya que hablar de maternidad es pensar en tanto significante, es decir, una experiencia singular de goce, que habla de lo femenino, del no-todo, uno por uno, caso por caso.
BIBLIOGAFÍA
- Brousse, M.H. 2018. Entrevista para X jornadas NEL: ¿Qué madres, hoy? Vicisitudes en la experiencia analítica. Recuperado de http://x.jornadasnel.com/template.php?file=Textos- Videos-y-Entrevistas/Entrevistas/Entrevista-a-Marie-Helene-Brousse.html
- Freud, S. 1925. Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia anatómica entre los sexos en Obras completas, tomo XIX. Amorrortu. Buenos Aires.
- Freud, S. 1926. ¿Pueden los legos ejercer el análisis? en Obras completas, tomo XX. Amorrortu. Buenos Aires.
- Freud, S. 1931. Sobre la sexualidad femenina en Obras completas, tomo XXI. Amorrortu. Buenos Aires.
- Miller, J. A. 2011. Donc. La lógica de la cura. Paidós. Buenos Aires.
- Lacan J. 2013 [1962-1963]. Seminario 10, La angustia. Paidós. Buenos Aires.
- Lacan, J. 2010 [1969-1970]. Seminario 17, El reverso del psicoanálisis. Paidós. Buenos Aires. Lacan J. 2011 [1972-1973]. Seminario 20, Aún. Paidós. Buenos Aires.