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Xul Solar | Cuatro pagodas, 1951

El Banquete disparate

Rosa Edith Yurevich

Es un cartel* conformado de una manera particular y pensado desde el inicio mismo como internacional, ya estudiar era desde países diferentes.

El tema: psicoanálisis y política, la contingencia une a las dos primeras personas que se convocan así mismas bajo un texto, Sobre la tiranía de Leo Strauss.

Algunos interrogantes que se producían a medida que transcurría su lectura, produjo una modificación en la estructura de este lazo de a dos proponiendo uno de ellos, la conformación de un cartel.

El paso siguiente fue pensar en el tercer y cuarto miembro. Con el tercero, sabíamos que salíamos de una eje imaginario/ simbólico para incluir una tercera cuerda, real.

Por las propiedades del nudo, nadie sabría quien portaría sobre sí el R o el S o el I.

Al mismo tiempo bajo la definición que Lacan nos aporta en el Acta de Fundación[2] del 21 de junio de 1964, el cuarto es la justa medida.

En una tiempo más avanzado de su enseñanza, más precisamente en el seminario RSI, aún inédito, del año 1976, Lacan refuerza la idea del cuatro en relación al cartel, bajo la forma del anudamiento, el tres podría hacer que si una de las cuerdas se desatase, las otras dos también, modalidad que será la que él propondrá desde la fundación con la firme posición de que era la buena forma de romper con la obscenidad imaginaria que imperaba en los grupos por aquél entonces. Lo cual no significa que hoy no exista.

También producto de la contingencia se invitó a dos miembros uno perteneciente al Dpto de Política y psicoanálisis de Córdoba y un miembro de la ECF cuya transferencia y posición política respecto del psicoanálisis era muy clara.

La propuesta del Mas uno surge del asociado de la NEL, aceptado por todos en el acto ya que todos conocíamos sus textos, su claridad epistémica, política, bajo la forma de sus testimonios que casi todos habíamos tenido la oportunidad de escuchar directamente.

Fue un gran gusto que aceptase en el mismo momento de la propuesta. Y en el tiempo que llevamos de trabajo, no sólo ha dado el puntapié inicial con un trabajo de su autoría sino también ha sabido alojar la disparidad, en tanto la singularidad de cada uno, de allí la elección del título para este breve trabajo.

El rasgo que elegí es: Política, psicoanálisis y la política del psicoanálisis.

Y hasta ahora los tres trabajos presentados han ido respondiendo en alguna medida a la pregunta que subyace de mi rasgo: diferencia entre la política común, ordinaria y lo que es la política del psicoanálisis.

Muy a grosso modo diría que la política es aquella que se dirige hacia la ética de las «buenas» intenciones, lo cual va acompañado de un proselitismo marcado, que reniega de las consecuencias de sus actos. Lo cual no significa que estemos exentos de dicho «pecado«. La política del psicoanálisis, se inclina decididamente por la ética del bien decir, de la inten(s)ión en lo que al propio análisis se refiere lo cual sí produciría la extensión . La extensión depende de la intensión. Sólo por la intensión, por una política diferente de la enunciación, la transferencia hacia el psicoanálisis se produce. Una escuela crece, sólo si es posible una transmisión del psicoanálisis y esta transmisión sólo es posible, a su vez, si ha habido análisis en intensión, y por lo tanto una política de la responsabilidad de las consecuencias de sus actos.

En la Teoría de Turín, J-AMiller expone con claridad varias cuestiones pero voy a subrayar dos: una la cuestión de que la transferencia es en primer lugar al psicoanálisis, es la posibilidad de que los imaginarios caigan, nuestra posición cambia cuando la transferencia se ubica en el psicoanálisis mismo y la otra es la propuesta de la Escuela como $ (sujeto barrado) no Una entidad completa . Esa posibilidad de estar conformada por sujetos a su vez cada uno alejado, en lo posible de su cuestiones familiares y también siniestras que se producen inevitablemente en la medida que análisis no haya. Y por lo tanto ese $ -Escuela puede ser interpretado. El malestar no deja de ser ineliminable por cierto, así como los Ideales no ceden a cero.

Esto me llevó a pensar otra vez en la política y su proselitismo utilizando un matema de Lacan la definí como $(A) aquí la barra está puesta sobre el significante y el Otro está dentro de los paréntesis sin barrar, es decir el Otro con sus objetos, los hombres convertidos en sus objetos como gadgets, como cualquier aparato sin importarle del otro Y ese sería el punto inadmisible dentro de una Escuela.

Planteo que me llevará tanto a La política de las cosas de Jean –Claude Milner como a retomar Sobre la tiranía de Leo Strauss.

La política del psicoanálisis me lleva al matema original de Lacan que preside a partir del Seminario V, toda su enseñanza: S(A/) .La barra se encuentra aquí sobre el A y dentro del paréntesis. Definido diferente, según pasan los años: Significante de la falta en el Otro, la inconsistencia del Otro, el deseo del Otro, el goce del Otro, la incompletud del Otro Por lo cual iré por el camino del Seminario XX Aún de Lacany el seminariode JAMiller, Extimidad

NOTAS

* El cartel está conformado de la siguiente manera: Cartelizantes: Pascale Fari (ECF), Alejandro Willington (EOL-sección CBA), Gabriel Roel (NEL-México), Rosa Edith Yurevich (EOL-Sección CBA) Más- Uno: Patrick Monribot (ECF)

  1. Frase extraída de Erasmo de Rotterdam de Elogio a la locura. sección Coloquios. Editorial Porrúa, S.A. Ciudad de México, 1990, 2da Edición
  2. Jacques Lacan. Acta de fundación. La Escuela .Textos institucionales de Jacques Lacan. Editorial Manantial. BsAs 1989
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