En un Encuentro de Bibliotecas de la NEL, como preparación al IX ENAPOL, Irene Sandner presentó un trabajo titulado, “¿Qué nos enseñan los caricaturistas del malestar en la cultura?”1, donde anotó lo que para algunos miembros del “Club de la Caricatura Latina” de ciudad de México, representa la caricatura: una manera de tramitar el horror, un instrumento para metabolizar el dolor, una forma de vérselas con el malestar que genera la realidad política.
Para Sigmund Freud, el humor permite modificar las reacciones del yo, procurando una ganancia de placer, mediante el traslado de su investidura a la instancia del superyó. En el texto sobre “El humor”, manifiesta que, si el chiste sería “la contribución que lo inconciente presta a lo cómico…el humor sería la contribución a lo cómico por la mediación del superyó”2, para finalmente decir que es la forma cariñosa y consoladora como habla el superyó ante el yo amedrentado, para ponerlo a salvo de su sufrimiento.
Teniendo presente lo anterior, se puede considerar entonces que lo que habla en la caricatura en general es la instancia del superyó, en tanto quiere presentar al yo, con humor, el mensaje oculto e insensato de su voz.
Es el mensaje que un humorista puede leer y develar: el imperativo de goce, el exceso de sentido que subyace a un significante que soporta un ideal. Puede tratarse de un ideal oscuro, sobre el que se sustente el accionar de un proyecto político que conlleve a la abyección.
Jacques-Alain Miller, en la Conferencia “El inconsciente y el cuerpo hablante”3, precisa que es el goce de la palabra el que ha dado a luz a los grandes ideales del Bien, de lo Verdadero y de lo Bello. Por tratarse del goce, y del goce de la palabra, comporta en sí mismo un exceso de sentido, que incluye de igual modo lo que no contribuye ni al bien ni al bienestar del ser hablante.4 Pero si de un lado opera el goce de la palabra, de otro lado opera el goce del síntoma o del sinthome, un modo de goce que resulta del cuerpo del ser hablante, opaco al sentido, y que puede traducirse en una acción que conduzca al envilecimiento.
Aristóteles, en la “Ética Nicomaquea”5, afirma que el fin de la Política no es el conocimiento sino la acción.
J.-A. Miller, en “Sutilezas analíticas”, dice que “el goce hunde sus raíces en la abyección”6, y especifica la forma como en la experiencia analítica lo más íntimo del goce se manifiesta como aquello que merece desprecio y oprobio, como aquello que de la acción conduce al grado extremo del rebajamiento. Se trata del circuito que comporta la pulsión, cuya verdadera finalidad es obtener la satisfacción. El objeto goce, el objeto plus de goce que sirve a dicha finalidad, no es más que un objeto separado, caído, el objeto a que en su fase más profunda es el objeto anal, el objeto que realiza la esencia del objeto. Lacan lo nombra con el término de cochinada, es decir, que llama al objeto a con su nombre anal, como lo señala J.-A. Miller en el mismo Seminario7.
Una acción en el orden de lo abyecto, procura entonces una satisfacción en el orden de la cochinada. El ser hablante será empujado a realizar dicha acción por el sentimiento del odio, que hunde sus raíces en el propio modo de gozar y, que unido a un ideal oscuro, busca despojar al otro de su propio modo de satisfacción.
El caricaturista, como el artista, le desbroza el camino al psicoanalista, cuando contribuye a leer el rasgo de goce que subyace a un ideal. Al ser hablante le conviene hacerse incauto de lo real que subyace a un ideal. Es la vía que abre más allá, es la vía que conviene al psicoanálisis para orientarse.
NOTAS
- Sandner, I., “¿Qué nos enseñan los caricaturistas del malestar en la cultura?”, http://www.nel-amp.org/index.php?file=Bibliotecas/encuentros.html
- Freud, S., “El humor”, Obras completas, vol. XXI, Amorrortu editores, Buenos Aires, 1979, p. 161.
- Miller, J.-A., “El inconsciente y el cuerpo hablante. Presentación del tema del x Congreso de la AMP en Rio de Janeiro 2016”, Scilicet, El Cuerpo Hablante, Sobre el inconsciente en el siglo XXI. Grama ediciones, Buenos Aires, 2016, p. 30.
- Miller, J.-A., “Clínica y Superyó”, Conferencias Porteñas, Tomo I, Paidós, Buenos Aires, 2009, p. 135.
- Aristóteles, “Ética Nicomaquea”, Obras, Aguilar, Madrid, 1986, p.274.
- Miller, J.-A., “Sutilezas analíticas”. Paidós, Buenos Aires, 2011, p. 292.
- Ibíd., pp. 74-75.