En Nota sobre el Niño, Lacan describe la función de la familiavinculada a sostener y mantener lo irreductible de una transmisión que es de otro orden, distinto al de la satisfacción de la necesidad. Es decir, la familia no tiene la función, únicamente, de satisfacer las necesidades del viviente, sino fundamentalmente la de transmitir otra cosa: un deseo que no sea anónimo.
Desde esta perspectiva, la función de la madre es la de transmitir un deseo que sostenga a un hijo, de modo que sus cuidados no sean únicamente los del deber, sino que transporten un deseo particularizado, inclusive si eso implica revelar su propia carencia. Mientras que el padre encarna la función de la ley, en tanto su nombre es un vector de una encarnación de la ley en el deseo. Se trata de una función doble, donde por un lado transmite una regulación – prohibición y por otro, vincula un deseo.
En este sentido, el niño responde a lo que hay de sintomático en la estructura familiar, vela y revela lo que en la pareja conyugal no funciona, respondiendo a ello con el síntoma. Lacan dirá que «el síntoma del niño se encuentra en posición de responder a lo que hay de sintomático en la estructura familiar»[1]. De modo que el síntoma en el niño, se define como representante de la verdad de la pareja conyugal, lo que a pesar de ser una condición compleja, dirá Lacan, le permite estar más abierto a las intervenciones analíticas.
En cuanto al deseo de la madre, se constituye en un elemento esencial de la constitución subjetiva del niño, pues tendrá que habilitar la entrada del viviente al proceso de alienación y separación, donde se produce no solo la pérdida del objeto a, sino además el ingreso a la dinámica de la demanda y del deseo. El deseo de la madre, se caracteriza por ser la respuesta a la demanda del niño, de modo que ésta no se agote en el desespero o en la desesperanza.
Juan Fernando Pérez, señala que más allá de la interpretación biologisista de la condición materna, el deseo materno está determinado por las condiciones subjetivas de una mujer que consiente ser madre, y que más allá de la condición biológica de procrear, es capaz de adoptar a un hijo en su deseo. De allí que como señala Lacan, finalmente, todos somos adoptados[2], condición necesaria de todo ser humano para constituirse como sujeto, «somos todos hijos adoptados de un deseo que nos hizo vivir»[3].
En cuanto al padre, éste es descrito por Lacan como una función, un nombre que se constituye en el vector de una encarnación de la ley en el deseo; una función no solo de prohibición, sino también de orientación respecto al goce y al deseo.Eric Laurent en su texto «El niño como real del delirio familiar», plantea que ser un padre es ser uno de los modelos de realización de la función paternal, donde«los padres, uno por uno, son las versiones de goce de esta función«[4]. Es por ello que se trata menos del nombre – semblante que de la función de objeto a, causa de deseo, siendo un padre, una versión de goce.
Sabina Serniotti, distinguirá las tres dimensiones del padre: como nombre, como imagen, y elpadre real. a) Como nombre, el padre es instaurado por la madre, ya que será ella quien inscribe un lugar en el orden simbólico.«La madre, instaura un lugar en posición tercera entre ella y el hijo«[5], ese será el lugar del padre. b) Como imagen, será el padre que construye el hijo, la versión de padre que el sujeto sostiene en su novela familiar, bueno o malo, dador o privador, etc. c) Mientras que el padre real, es el hombre para una mujer, es decir «es el hombre que ha hecho de una mujer, la causa de su deseo y el objeto de su goce«[6].
Para Eric Laurent, la función paterna remite a «un padre que transmite la ley, que enseña cómo vivir con ella, se trata de una ley viva, humanizada, con la que se puede convivir, pero también es ese padre que muestra el camino para llegar al propio deseo y en ese sentido tiene un valor de instrumento«[7].La noción del padre como instrumento,conduce a su función y utilidad, que para Jacques Alain Miller es la de abrochar el Goce y el Otro, que sin embargo puede no siembre abrochar a un sujeto.
Esta función de broche, permite comprender una serie de fenómenos presentes en la clínica actual, donde los sujetos llegan «abrochados», por elementos distintos al padre. «Hay estructuras clínicas, tipos de síntomas que se deducen de la posición del padre, como la neurosis, las perversiones y la psicosis, pero también, es necesario investigar modos de la clínica en el cual el broche está producido por un elemento que no es el padre»[8]. Por lo tanto, en la clínica con niños será necesario ubicar qué es lo que funciona como broche para cada sujeto.
Lo que transmite una familia
Jacques Alain Miller en su texto «El Revés de una Familia» plantea que a pesar de las variaciones formales de la conformación de una familia, la familia conyugal permanece dominante ya que «tiene una función de residuo en la evolución de las sociedades, y que ella se mantendrá precisamente porque se encuentra en el estado de residuo, en el estado de pequeño objeto a«[9]. La familia conyugal persiste por el carácter irreductible de la transmisión que ella viabiliza, que no es la de un saber, sino – dirá Miller- «una transmisión constituyente para el sujeto. Esto supone su relación a un deseo que no sea anónimo«[10].
Es por ello, que se puede afirmar que la función de la familia es del orden de lo que no cesa de escribirse, más allá de quien encarne estas funciones, lo que interesa es que el deseo tenga una posibilidad. No hay otra estructura que transmita el deseo no anónimo, a excepción de la familia. Miller plantea «es necesario que el sujeto sea aquí llamado en la singularidad del je«[11], lo que permite la inscripción de un sujeto de un modo que no sea anónimo. Es por ello que es fundamental que la madre transmita un interés particularizado por el niño y que el padre sostenga una encarnación de la ley en el deseo, es decir que no esté desencarnado, siendo no suficiente el saber de la pedagogía, el imperativo del mercado o la posibilidad que da la ciencia, para transmitir lo irreductible de una familia.
Es a partir de esta inscripción que el niño será ubicado como síntoma de la pareja parental y por lo tanto el representante de una verdad, como fetiche, o falo imaginario que tapona a la madre, o como objeto de rechazo de la madre, dando cuenta cada una de estas tres posiciones, de una configuración y funcionamiento que se denomina estructura clínica.
Así, en la época actual la diversificación de los modos de conformar una familia: familia monoparental, homoparental, familia reconstituida, etc., no eliminan lo que estructuralmente la constituye, la transmisión de un deseo no anónimo. Si bien la caída del nombre del padre ha tenido sus efectos en las configuraciones familiares -produciendo familias más allá del matrimonio, más allá de la pareja y y haciendo del hijoel «soporte» de un lazo familiar-lo que no deja de escribirse como resto, es la función de transmisión de la familia.
La familia transmite un deseo no anónimo, pero también algo del orden de lo que no marcha, de la no relación sexual entre los sexos, ante lo cual cada sujeto construirá sus ficciones, que Lacan denomina novela familiar. Estas ficciones familiares, tejen sentido ante lo real de la no relación sexual, sin lograr«responder al misterio de quién soy yo, ni a la imposibilidad de ser causa de sí mismo«[12]. Toni Vicens, dirá que el deseo de la madre, «en su desciframiento tiene un límite: el niño nunca podrá descifrar este código extraño del cual proviene, revelándose entonces por lo que es: un obstáculo para la familia y sus ideales»[13].
Anna Aromí, es su artículo ¿Qué es una familia?, dirá que para el psicoanálisis la familia es un «tejido que permite que se envuelva un enigma»[14]. Tejido de palabras y de silencios que hacen que dicho enigma se transmita de una generación a otra. Pero ¿cuál es el secreto o enigma que la novela familiar permite envolver o cubrir?. Anna Aromí dirá que el secreto es que todas las instituciones incluida la familia están creadas para refrenar el goce, humanizarlo. «La familia es el marco temporal durante el cual unos adultos se prestan para que los niños experimenten con el goce en un escenario protegido. Protegido sobre todo de las consecuencias de ese goce«[15]. Pero el secreto fundamental es que hay un saber que falta, un saber sobre el goce que no está escrito en ningún lugar, «la idea del secreto familiar se basa en un goce que ha sido rechazado porque no ha podido ser nombrado, no ha encontrado la palabra para ser dicho»[16].
Para el psicoanálisis, los niños construyen su propia interpretación de los hechos de su historia, ficciones familiares que constituyen una verdad para cada sujeto.Sin embargo, el asunto no es descifrar estos saberes construidos sobre la trama familiar, sino fundamentalmente saber hacer con ellos. Esto porque al llegar a un análisis cada sujeto transporta una serie de saberes, de verdades y de mentiras familiares que arrastra como un peso muerto porque no sabe ni cómo utilizarlas ni cómo desprenderse de ellas. Se tratará de poner en juego este saber depositado en la familia y de encontrar su propia manera de hacer con ese saber.
NOTAS
* Analista, miembro de Asociación Psicoanalítica de Estudios Lacanianos APEL – Santa Cruz. Bolvia
- Lacan, Jacques (2012). Nota sobre el Niño. Los Otros Escritos. Buenos Aires, Argentina: Paidós.
- Pérez, Juan Fernando (2014). Conferencia «Choco encuentra una Mamá». Disponible en: http://www.radiolacan.com/es/topic/248/3
- Fryd, Adela (2001). Revista Virtualia. N°2. Disponible en: http://virtualia.eol.org.ar/002/notas/fryd-01.html
- Laurent, Eric (2008) «El niño como real del delirio familiar». Disponible en: http://wapol.org/pt/articulos/TemplateArticulo.asp?intTipoPagina=4&intEdicion=2&intIdiomaPublicacion=9&intArticulo=1748&intIdiomaArticulo=1&intPublicacion=13.
- Serniotti, Sabina (2002)«Ficciones familiares en la actualidad, transmisión y distribución de los nombres». Cuaderno de Navfegación N° 19. EOL.Disponible en: http://www.eol.org.ar/template.asp?Sec=el_cartel&SubSec=cuaderno&File=cuaderno/019/serniotti.html
- Serniotti, Sabina (2002)«Ficciones familiares en la actualidad, transmisión y distribución de los nombres».Cuaderno de Navegación N° 19. EOL.Disponible en: http://www.eol.org.ar/template.asp?Sec=el_cartel&SubSec=cuaderno&File=cuaderno/019/serniotti.html
- Laurent, Éric. (1999). «Parejas de hoy y consecuencias para sus hijos». Carretel 2
- Laurent, Éric. (1999). «Parejas de hoy y consecuencias para sus hijos». Carretel 2
- Miller, Jacques Alain (2012). «El Revés de una Familia». Disponible en: http://www.revconsecuencias.com.ar/ediciones/008/template.asp?arts/Alcances/El-reves-de-la-familia.html
- Miller, Jacques Alain (2012). «El Revés de una Familia». Disponible en: http://www.revconsecuencias.com.ar/ediciones/008/template.asp?arts/Alcances/El-reves-de-la-familia.html
- Miller, Jacques Alain (2012). «El Revés de una Familia». Disponible en: http://www.revconsecuencias.com.ar/ediciones/008/template.asp?arts/Alcances/El-reves-de-la-familia.html
- Laurent, Eric (2008) «El niño como real del delirio familiar». Disponible en: http://wapol.org/pt/articulos/TemplateArticulo.asp?intTipoPagina=4&intEdicion=2&intIdiomaPublicacion=9&intArticulo=1748&intIdiomaArticulo=1&intPublicacion=13
- Laurent, Eric (2008) «El niño como real del delirio familiar». Disponible en: http://wapol.org/pt/articulos/TemplateArticulo.asp?intTipoPagina=4&intEdicion=2&intIdiomaPublicacion=9&intArticulo=1748&intIdiomaArticulo=1&intPublicacion=13
- Aromí, Anna (2014). ¿Qué es una familia?. Disponible en: http://www.nel-mexico.org/index.php?sec=Actividades-internacionales&file=Actividades-internacionales/Textos-Conferencias/14-09-05_Anna-Armoni.html
- Aromí, Anna (2014). ¿Qué es una familia?. Disponible en: http://www.nel-mexico.org/index.php?sec=Actividades-internacionales&file=Actividades-internacionales/Textos-Conferencias/14-09-05_Anna-Armoni.html
Aromí, Anna (2014). ¿Qué es una familia?. Disponible en: http://www.nel-mexico.org/index.php?sec=Actividades-internacionales&file=Actividades-internacionales/Textos-Conferencias/14-09-05_Anna-Armoni.html