icono-a-ritmo-propio-borde-blanco
icono-cartel-borde-blanco
Sergio Valenz | Baleares

Deseo del analista (y el amor de una analista)

Javier Emilio del Moral Ruiz

Una de las bondades que nos ofrece el cartel, es que nos permite hacer una pregunta íntima y presente al psicoanálisis, una pregunta relacionada al rasgo de cada uno. Es por ello que “Las mutaciones del amor” con motivo de la Enapol, y “La formación de los analistas” en razón de las actividades de la Escuela me ofrecen la siguiente pregunta: ¿Se puede amar al psicoanálisis?

El amor en un análisis y la distinción de la formación del analista y el deseo del analista son dos aperturas que me hacen trabajar hacia ese punto. Se debe diferenciar la formación de una capacidad, siendo un proceso progresivo de significación desde el Otro institucional, mientras, que el deseo del analista no deviene de una formación, ya que esta no basta para explicar cómo deviene el deseo. 

Mónica Wons citando a Lacan en su seminario 7, menciona que: «Lo que el analista tiene para dar, contrariamente a la pareja del amor (que da lo que no tiene) es lo que tiene. Y lo que tiene no es más que su deseo… que es un deseo advertido»1Wons, M;, “La formación del deseo del analista”, http://www.eol.org.ar/template.asp?Sec=el_cartel&SubSec=jornadas&File=jornadas/anteriores/011/wons_formacion.html. ¿De qué está advertido el deseo del analista? De saber sobre los propios límites de la estructura misma del deseo, que no hay un objeto que lo satisfaga (por eso no es pulsión, pulsión del analista) que es también decir que sabe sobre los límites del fantasma como ficción que responde con un objeto a la falta, al deseo del Otro.2Wons, M;, “La formación del deseo del analista”, http://www.eol.org.ar/template.asp?Sec=el_cartel&SubSec=jornadas&File=jornadas/anteriores/011/wons_formacion.html He aquí dos distinciones (esperando no sean reduccionistas), para el amor entregar la falta, para el analista dar su deseo, entonces, ¿aún es posible la pregunta inicialmente planteada?

Mónica entiende al mismo deseo del analista, como el deseo de hacer existir el psicoanálisis, ubicándolo tanto en la práctica, en la política, como en relación a la teoría del discurso analítico.3Aníbal, L, “Pruebas y marcas sobre el deseo del analista”, http://www.eol.org.ar/template.asp?Sec=Textos_presentados&SubSec=Comision_de_Garantia&File=Comision-de-Garantia/Pruebas-y-marcas-sobre-el-deseo-del-analista.html

Mientras tanto, para el amor, Decir y Amor se entrelazan en la ultimísima enseñanza de Lacan, siendo el Amor una condición para la existencia del Saber. En “Conversación sobre el Amor”, Miller destaca que el psicoanálisis inventó un nuevo amor llamado “transferencia”: el amor analítico, amor freudiano. El amor lacaniano, en relación al amor freudiano, es invención. La novedad de Lacan es que hay nuevos amores (im)posibles, “Un nuevo amor”.

Lo que Freud inventó fue un nuevo tipo de Otro al cual direccionar el Amor: un nuevo Otro que proporciona nuevas respuestas al Amor y, tal vez, respuestas más adecuadas que aquellas que se encuentren en la vida cotidiana. […] Freud inventó un nuevo Otro del Amor, pero no un nuevo goce, porque entonces sería la cuestión de una nueva perversión.4Miller, J-A., “Uma conversa sobre o amor”, Opção Lacaniana online, n. 2, 2010, http://www.opcaolacaniana.com.br/pdf/numero_2/Uma_conversa_sobre_o_amor.pdf.

Sin embargo, la respuesta a esa pseudoperversión del analista, es el Amor. El Amor de transferencia. Un nuevo amor se instala a partir de la presencia del analista. Una forma de demanda que, al contrario de lo que se esperaría en la esfera amorosa, no debe ser ni satisfecha, ni suprimida. Freud (1915) advierte: “el camino que el analista debe seguir no es ninguno de estos; es un camino para el cual no existe modelo en la vida real”. 5Junqueira, O., “El amor analítico”, http://www.lacan21.com/sitio/2021/05/30/el-amor-analitico/

Para esto, hay una nota de la cual el título me llamó muchísimo la atención: ¿Los analistas también aman? Aquí, Rómulo Ferreira presenta algunas reflexiones sobre el amor propuestas por Hilema Suárez. Hilema apunta que es hablando que se hace el amor, revelando el potencial transformador, creador, a partir del vacío.

Agrega que: “no hay amor sin goce pulsional” y que la posibilidad de un nuevo amor sería soltar las amarras del amor condicionado por la fijeza pulsional. Así, el uso de la palabra, vía el amor de transferencia, posibilita la trasmutación del goce en significantes, pero, revelado por el corte del analista.

El analista hará las puntuaciones necesarias para que el amor que se dirige al saber se instale. Desde Freud, se trata de un amor supuesto al saber inconsciente, del cual el analizante nada quiere saber, y que no se dirige a la persona del analista. Por lo tanto, no es del lugar del sujeto que el analista irá a responder. Pero, cabe indagar si hay amor del lado del analista.

Por su parte, Lacan propone lo siguiente: “en cuanto al reconocimiento del inconsciente, no tenemos forma de plantear que por sí mismo deje al analista fuera del alcance de las pasiones”. Él avanza en su cuestionamiento en relación a la neutralidad del analista, propuesta de manera radical, vía lo que él llamó “apatía”, induciendo a pensar que el deseo del analista no es puro. Tal deseo trae la marca singular del analista, como más tarde desarrollará, por la vía de su sinthome.

Por otro lado, dice que, “cuanto más analizado esté el analista, más posible será que esté francamente enamorado, o francamente en estado de aversión, o de repulsión, bajo las modalidades más elementales de la relación de los cuerpos entre ellos, respecto a su partenaire”.6Ferreira, R; “¿Los analistas también aman?”, http://www.lacan21.com/sitio/2021/05/30/los-analistas-tambien-aman/ Aquí, Rómulo cuestiona algo, ¿Podemos decir que el analista ama a su analizante al dar lo real que él, el analista, no tiene? ¿El real que el analizante no quiere? 

Gabriel Racki, a propósito del encuentro de la ENAPOL de este año, habla sobre lo nuevo abriendo un campo para el psicoanálisis; no de esperanza, sino de pasión. “La pasión por lo nuevo, no solo como algo que debe soportarse, sino que incita a salir de una condena, de la prisión de parapetarse tras el padre ante la revelación permanente de la experiencia analítica: en el parlêtre no hay programa para la relación sexual. ¿Qué mejor que el amor para indagar lo nuevo? Si nuestra práctica cotidiana es la presión constante de hacer del goce parasitario, asfixiante y repetitivo un destello de deseo, ¿qué otro medio que el amor efectuará ese milagro en el ser hablante? Si el deseo del analista está en juego, lo nuevo siempre irá más allá del padre que salva o castiga, más allá de lo bello o de lo trascendente, tal vez lo nuevo estará siempre codo a codo con lo real del amor.”7http://x-enapol.org/argumentos/

Conclusiones

El análisis permite que a través de un nuevo amor se pueda despertar una pasión, algo que sea autentico en cada uno; se puede cambiar de trabajo, de vida, de pareja, pero no de pasión, y hay que ver lo que se desenvuelve de esto en cada analizante, en cada, caso por caso.

Ante el miedo a la enormidad del mundo donde nadie oye la voz, donde el capitalismo cada vez silencia a la subjetividad, el psicoanálisis ofrece un espacio. Es a través de hacer valer al psicoanálisis, a partir de un análisis propio, que se pueden crear nuevos lazos y un amor más digno; se llega sabiendo de un amor, pero lo interesante es descubrir un nuevo amor.

El psicoanálisis permite deslindarse del querer ser para pasar al devenir, permite un amor más digno, es pasar por el duelo de un ser a otro. Así, como el curso de la vida amorosa tiene muchos devenires, ideales, rupturas y duelos, la formación y la postura ante un psicoanálisis también. Pienso que, es a través del deseo del analista que se pueden hacer nuevos lazos, vivir un nuevo amor y hacer valer al psicoanálisis, es decir, “amar (con) el psicoanálisis”.

Datos del cartel
Estado:

Título:

Deseo del analista

Fecha de inicio: 16 octubre 2022
Temática: Conceptos y lecturas fundamentales
Modalidad: Tradicional (4 + 1)
Integrantes

más-uno

Nombre: Carolina
Puchet Dutrénit
Rasgo: Del deseo de ser analista al deseo del analista
Escuela a la que pertenece: NELcf
Lugar/Sección: Ciudad de México

cartelizantes

Nombre: Javier Emilio
del Moral Ruiz
Rasgo: El duelo del analista
Escuela a la que pertenece:
Sección: Ciudad de México
Nombre: Carlos Mario
Hernández Padro
Rasgo: Transferencia, ¿proceso de amor que escapa a la demostración?
Escuela a la que pertenece:
Sección: Ciudad de México
Nombre: Rosalía Valentina
Pérez Mateos
Rasgo: El deseo del analista: la formación de un lazo diferente
Escuela a la que pertenece:
Sección: Ciudad de México
Nombre: Brenda del Carmen
Mundo Gónzalez
Rasgo: El cuerpo del analista y el semblante
Escuela a la que pertenece:
Sección: Ciudad de México
Producto publicado en la edición a-ritmo propio
Más productos de este cartel
3 Happy Landscape 1, Sergio Valenz
El semblante como herramienta del analista
Brenda del Carmen Mundo González
2 Happy Landscape 2, Sergio Valenz
Transferencia: ¿Proceso de amor que escapa a la demostración?
Carlos Mario Hernández Prado
Otros productos
470014
La doble elección fundante, una escalera para botar después de haber subido por ella.
Carlos Márquez
Alejandro-Obregón-Violencia-1962-700x580
Mujeres: ¿consentimiento hacia la violencia?
Fernanda Gómez de la Torre Zöllner
Círculos en un círculo
La interpretación como acto poético
Fabian Vinces Salazar
composicion-8-kandinsky
¿Una interpretación que no sea corte?
Peter Molineaux