Cartel: XII Congreso Asociación Mundial de Psicoanálisis: El sueño. Su interpretación y su uso en la cura lacaniana.
Rasgo: El sujeto del inconsciente como agente del sueño
Más uno: Susana Schaer
Cartelizantes: Marcelo Rafael Salazar Ondarza, Zaide Barquet, Miriam Noemí Ortiz García
Con su teoría psicoanalítica Freud explica y analiza por primera vez, los mecanismos de elaboración del sueño y su relación con contenidos inconscientes. Es en ese saber iniciado por él donde he buscado respuesta a mi pregunta más recurrente: ¿quién dirige la elaboración del sueño?, ¿quién realiza el trabajo de condensación y desplazamiento? O en palabras de Graciela Brodsky: ¿Quién es el agente de mis sueños?
El problema al preguntar por un quién, puede estar en querer considerar una intención consciente que planifica y dirige lo que sucede en los sueños. Lo que sería un error desde el punto de vista psicoanalítico, pues la necesidad de afirmar algo como el inconsciente responde precisamente a la existencia de fenómenos psíquicos que burlan el control y dominio de la conciencia. La experiencia freudiana da cuenta de este problema, de esa falla en la vida consciente que traiciona al sujeto. Por eso resultan inquietante los sueños, porque revela un ámbito que parece ajeno a la regulación de la conciencia.
De ahí que los sueños sean uno de los tantos fenómenos que manifiestan lo que Lacan señaló como división del sujeto y que ya se hacía evidente en la enseñanza de Freud. Para explicar esta división subjetiva es que la interpretación lacaniana necesita elaborar la teoría del sujeto del inconsciente. Esta aparece como la respuesta a mi pregunta por quién comanda en la elaboración del sueño. Así lo refiere Brodsky en sus comentarios al seminario 11 de Lacan: Si el inconsciente falla, si no sé qué digo cuando hablo, si sueño justo lo que no quiero soñar, ¿quién hace todo eso? (…) Es esto lo que hace surgir la suposición del sujeto del inconsciente.
La frase “sujeto del inconsciente” resulta extraña porque, en sí misma, es paradójica. Sujeto es una noción que culturalmente nos viene asociada al sujeto de la conciencia, al yo. De ahí que nos resulte muy difícil suponer un sujeto del inconsciente. El sujeto, refiere Brodsky, es un concepto que Lacan agrega a los 4 conceptos fundamentales del psicoanálisis. Esta autora comentando el seminario 11 de Lacan retoma la hipótesis lacaniana de que del inconsciente no tuviésemos ninguna prueba a no ser cuando falla la danza de significantes: Eso es el inconsciente: esos efectos que se producen en quien soñó un sueño y se pregunta: «díganme quién lo soñó, yo no, yo quería decir lo piadosa que soy con los demás». ¿Quién soñó ese sueño?
Por tanto, ese sujeto se reconoce en las formaciones del inconsciente, como los lapsus, los sueños, los síntomas etc., pues, (…) solo se le puede suponer un sujeto al inconsciente si éste produce cosas que el yo no entiende lo que quiere decir. En ese “no entiendo”, está la suposición del sujeto.
En mi parecer se trata de reconocer a un sujeto que es más que el yo consciente, por eso Lacan distingue sujeto de subjetividad: hay representaciones inconscientes, que por lo tanto no están subjetivadas, sino que producen al sujeto del inconsciente.
Por tanto, lo concluyente en el análisis lacaniano es que el inconsciente tiene como efecto un sujeto cuya característica es la indeterminación: «no sé qué digo, no sé quién soy. Quise decir aquello, pero digo esto otro”. Por eso lo escribe como un sujeto barrado ($), indicando que es un sujeto que ya no sabe de qué habla, que ya no puede decir «yo soñé eso» o «no, yo no soñé eso».
¿Quién lo soñó? Ese, que es uno sujeto al inconsciente y que está en el sueño como en su casa, pues como refiere Brodsky, el sueño es finalmente la deformación, la figuración de los deseos. ¿de los deseos de quién? No de quien está hablando y normalmente dice: “no quise soñar con eso”. ¿El deseo de quién entonces? Del “sujeto en el sujeto” como Lacan le llama en algún momento. Entonces, la respuesta del psicoanálisis va por la suposición de un sujeto en el sueño. Siempre existió la interpretación de los sueños en tanto se le suponía un mensaje, un valor. Lacan dice que para los antiguos era Dios, mientras que para Freud y para nosotros es el sujeto, el sujeto del inconsciente, el sujeto que no sabe lo que dice ni sabe lo que quiere.