El silencio puede hacer serie, lo mudo se impone, no hace serie.
El silencio es solidario con la palabra, lo mudo es solitario, no hace cadena.
Ernesto Daniel Márquez “La descomposición del silencio”[1]
Marie Hélène Brousse nos plantea en su texto de las 3 R , tres soluciones subjetivas femeninas en relación a un goce femenino propio. Estas soluciones serian la astucia, el estrago y el arrebato.
Me llama la atención que la astucia sea equiparada al estrago como solución para hacerse una envoltura fálica, con la que ”cada sujeto se juega esa bascula de goce”[2] y me cuestiona sobre lo que podemos aprender de la astucia, que bascula el goce, sin caer en el estrago.
Mario Goldenberg dice“ La astucia indica algo del saber-hacer, una posición ante la castración y de una posición femenina distinta del estrago ”.
Entonces, aunque tanto la astucia, como el estrago son soluciones subjetivas femeninas que se sitúan en el discurso ante la castración, son posiciones diferentes. Según Carraro[3], la astucia se ubica como un savoir y faire, un recurso, es el uso de la castración a diferencia de la posición histérica cuando hace de hombre obturando la falta, esperando del padre o de sus sustitutos ,y de la posición estragada, de espera permanente de la madre.
No se trata entonces de un deseo fuera de la ley, sino un deseo a pesar de la ley[4]. Implica una cierta ironía (el olvido, el secreto, el silencio, la carta, la escritura) aplicada al discurso del inconsciente, es decir, al significante amo, al que se cuida mucho de cuestionar o poner en peligro.
Sin embargo, en este arreglárselas con, la posición singular del sujeto permanece no dicha, la astucia lo silencia, es una solución, pero no alcanza a dar cuenta de la singularidad del parlêtre.
La astucia implica entonces[5], en primer lugar, un saber de la falta y su aceptación; en segundo lugar, una utilización de la palabra que borra la posición singular del sujeto que permanece no dicha; en tercer lugar, un manejo de la falla en el Otro de la ley y del lenguaje.
Pero como en la carta robada, una carta siempre llega a su destino, y aquello que silencia la astucia, al final emerge.
Para Lacan, la carta (lettre) es una metáfora del significante que circula entre varios sujetos. El significante se convierte así en el elemento significativo del discurso (consciente o inconsciente) que determina los actos, las palabras y el destino de un sujeto sin que él lo sepa.
Silvia Gómez, en su texto sobre el seminario sobre la carta robada, dice así: Lacan se sirve del cuento de Poe para demostrar la preeminencia de lo simbólico (1er. cruce: la superposición de lo simbólico sobre lo imaginario). Sin embargo, lo simbólico tiene un tope, ya que no todo lo real es simbolizable (2º cruce: superposición de lo real sobre lo simbólico). Además, un real emerge como causa y como imposible, un residuo insiste.
Lo real , dice Miller[6], no toma la palabra, lo que no impide que Lacan siga sosteniendo que hay saber en lo real, simplemente es un saber que no habla.
Cito a Lacan en “ La tercera” : Lo real no es el mundo. No hay ninguna esperanza de alcanzar lo real por la representación… lo real no es universal, para acabar diciendo: llamo síntoma a lo que deviene de lo real.
En el momento actual en que en la sociedad, “los trastornos son preferidos a los síntomas”[7], por ser reducibles a causa y efecto, intentando así la ciencia vaciar el mensaje del síntoma. Miller nos traduce como hablaría ese real: “soy lo que soy”[8].
A mí me resuena a rescate la singularidad, orientada por ese goce singular, que no cesa de no escribirse, que no es silenciado por la astucia y que a través del síntoma nos envía una carta, para ser leída.
Mensaje cifrado entonces, cuyo destinatario no es sino el sujeto mismo. Así es como la cartas llegan siempre a destino, nos recuerda Miller, llegan a destino cuando alguien se hace su destinatario[9]. ¿Como? Con el consentimiento del sujeto a la verdad de su síntoma , que sólo podrá alcanzar ese ser de verdad si el síntoma adquiere el valor de una verdad incontestable e inolvidable, verdad prendida a un fragmento de lo real[10]. A lo que yo añado para concluir: y bajo transferencia.
NOTAS
- Marquez, Ernesto Daniel.”La descomposición del silencio”. El sigma.com. Revista digital. 05/07/2005
- Expresión sacada del texto ”Scoop o la astucia de Sondra” de Isabel Carraro.
- Carraro, I.,”Scoop o la astucia de Sondra”del libro “De astucias y estragos femeninos”, Grama, Buenos Aires, 2008.
- Brousse, Marie-Hélène. “Saber hacer femenino con la relación. Las tres R: astucia, estrago y arrebato.” 23 sep. 2016. XV JORNADAS «MUJERES», ELP.
- Idem.
- Miller, J.-A.,Online.Curso del 16 de mayo de 2007.EOL. http://www.eol.org.ar/template.asp?Sec=publicaciones&SubSec=on_line&File=on_line/jam/curso/2006/07_05_16.html
- Tudanca, L., ”Lo imaginario en asociación con lo real”. Virtualia. Revista digital de la Escuela de la Orientación Lacaniana, N°31, enero de 2016.
- Miller, J.-A. ” Leer un síntoma”
- Miller, J.-A. ” Los signos del goce” Paidós, Buenos Aires,1999,p.42.
Palomera, V., Como la ciencia empuja. ”El síntoma charlatan”. Paidós, Buenos Aires 1998,p. 302-303.