Título tomado de Grande Sertão: veredas, sorprendente historia de amor de la literatura brasileña, condensa las veredas de una formación en psicoanálisis: un efecto de cartel, ancla agujereada, una práctica clínica dócil a lo nuevo y una trabajadora decidida por la causa analítica. Frente al peligro de vivir, no retroceder ante el agujero de proporciones pandémicas fue la apuesta sostenida, en soledad, pero en buenas compañías.
1. Las (no tan) nuevas cuestiones
Las sesiones virtuales actualizaron la cuestión sobre la presencia: ¿Cómo sostener el dispositivo analítico, que exige cuerpos, en carne y hueso? ¿Qué nos puede enseñar la ausencia de estos cuerpos? Veredas: el dispositivo analítico es sostenido por el deseo del analista y por la transferencia.
La invitación del X Enapol provoca: ¿cómo pensar el amor de transferencia, hoy? ¿Cómo contestar, de buena manera, a la creciente demanda por escucha, a través de la psicoterapia, causada por la angustia, pero también por la facilidad de conectarse? ¿Cómo introducir la invitación a la experiencia con el inconsciente?
2. Lo nuevo en el amor, en la formación
Bajo el efecto de las noticias de la pandemia que avasallaba Brasil en abril del 2020 y un poco perdida delante de las recomendaciones de aislamiento social que incidieron rápidamente sobre el modo de trabajo presencial, la invitación de la dirección de carteles de la EBP-SP resonó: Porque los cuerpos pueden quedarse hacinados, pero no el deseo.
Invitación que produjo el encuentro, siempre faltante, sostenido por la transferencia de trabajo con tres compañeros, desconocidos, enlazados por el Psicoanálisis. El lugar del más-uno perduró por un tiempo, literalmente, vacío. No lo encontrábamos; relevábamos textos y más textos como posibilidades de investigación. Hasta que pronto llega: más-uno, extranjera. Un giro en el vacío: en lugar de seguir con el inmenso relevamiento bibliográfico, trabajaríamos a partir de nuestros escritos. El callejón sin salida que condujo al cartel era tratado por la vía de la escritura, a partir del sertão de cada uno.
Lo nuevo en el amor al Psicoanálisis, ahora, enlaza la Escuela Una. Y resuena: Sólo el amor permite al goce condescender al deseo1Lacan, J. O Seminário livro 10 – A angústia. Jorge Zahar Ed, Rio de Janeiro, 2005 [1962-1963], p. 197. Pasaje, por el amor, del goce del vacío a la causa de deseo.
3. Lo nuevo en el amor, en la práctica clínica
El niño invita a la practicante a un juego online de hablar sólo con la voz, apagando la cámara. Sígueme, fue la instrucción para los juegos de escape de monstruos. Durante uno de ellos, sorprende: Necesito decirte algo. Ando muy neurótico. De este modo, sutil, sigue por las sesiones contando su sufrimiento frente a las exigencias familiares: jamás puede satisfacerlas. Cree que sus neurosis, una serie de comportamientos repetidos y simétricos – lo que hace para un lado también tiene que hacerlo para el otro – tienen que ver con eso. Cualquier intervención de la practicante calla al niño que, entonces, vuelve a solamente seguirla.
Es frente al Otro menos consistido, que aparece, a veces, sólo con la voz, que el niño consiente con el tratamiento, desde antes del ambiente virtual. En los encuentros presenciales, usaba el diván o la oscuridad de la sala para hablar de sus sueños y miedos. Era en la oscuridad, sin la luz de la mirada del Otro, que su saber aparecía. La presencia del analista, silenciosa y dócil a las invenciones del niño, analizante de pleno derecho, se apoyó en la voz como un objeto extraído, apartado de la demanda. El efecto del ambiente virtual, en este caso, reafirma la transferencia y enseña sobre la presencia del analista.
Laurent arroja luz sobre el pasaje de la presencia del analista como sujeto supuesto saber para el analista que sigue. Se trata de un juicio de atribución y no de existencia y de transferir para el analista el lugar de la causa de la producción del saber en análisis. (…) El analista no debe olvidarse de que no es su ser el resorte de la operación analítica2Laurent, E. “Disrupção do gozo nas loucuras sob transferência”. In: Opção Lacaniana n. 79, São Paulo, julho 2018, p.55.
Son orientaciones clínicas precisas que disuelven la trampa de hacer existir al analista. Lo nuevo consiste en esta hiancia entre presencia y cuerpo, señalando la presencia del analista como un lugar vacío, una función, un deseo. Y el amor de transferencia, aún, una invención delante de los callejones sin salida de la época.
VERSÃO EM PORTUGUÊS
TEM MUITAS ÉPOCAS DE AMOR
Título retirado de Grande Sertão: Veredas, surpreendente história de amor da literatura brasileira, condensa as veredas de uma formação em psicanálise: um efeito de cartel, âncora esburacada; uma prática clínica dócil ao novo e uma trabalhadora decidida pela causa analítica. Diante do perigo de viver, não recuar frente ao furo de proporções pandêmicas foi a aposta sustentada, só, porém em boas companhias.
1. As (nem tão) novas questões
Os atendimentos virtuais atualizaram a questão sobre a presença: como sustentar o dispositivo analítico, que exige os corpos, em carne e osso? O que a ausência desses corpos pode nos ensinar? Veredas: o dispositivo analítico é sustentado pelo desejo do analista e pela transferência.
O convite do X Enapol provoca: como pensar o amor de transferência, hoje? Como responder, a boa maneira, ao aumento da demanda de escuta, pela via da psicoterapia, causado pela angústia, mas também pela facilidade de se conectar? Como introduzir o convite à experiência com o inconsciente?
2. O novo no amor, na formação
Sob efeito das notícias da pandemia que avassalava o Brasil em abril de 2020 e meio perdida diante das recomendações de isolamento social, que incidiram rapidamente sobre o modo de trabalho presencial, o convite da diretoria de cartéis da EBP-SP tocou: Porque os corpos podem ficar confinados, mas o desejo não.
Convite que produziu o encontro, sempre faltoso, sustentado pela transferência de trabalho com três colegas, estranhos, enlaçados pela Psicanálise. O lugar do mais-um perdurou um tempo, literalmente, vazio. Não o encontrávamos; levantávamos textos e mais textos como possibilidades de pesquisa. Até que chega: mais-um, estrangeira. Um giro no vazio: ao invés de seguir no imenso levantamento bibliográfico, trabalharíamos a partir de nossos escritos. O impasse que levou ao cartel era tratado pela escrita, a partir do sertão de cada um.
O novo no amor à Psicanálise e ao ensino de Freud e Lacan, agora, enlaça a Escola Una. E ressoa: Só o amor permite ao gozo condescender ao desejo3Lacan, J. O Seminário livro 10 – A angústia Jorge Zahar Ed, Rio de Janeiro, 2005 [1962-1963], p. 197. Passagem, pelo amor, do gozo do vazio à causa de desejo.
3. O novo no amor, na prática clínica
A criança convida a praticante para um jogo online e falar apenas com a voz, desligando o vídeo. Só me segue, foi a instrução para os jogos de escapar de monstros. Durante um deles, surpreende: Preciso te dizer uma coisa. Ando muito neurótico. Desse modo, sutil, continua nas sessões dizendo de seu sofrimento ante as exigências familiares: nunca consegue satisfazê-las. Pensa que suas neuroses, uma série de comportamentos repetitivos e simétricos – o que faz de um lado, tem que fazer do outro – têm a ver com isso. Qualquer intervenção da praticante cala a criança. Então, só a segue.
É diante de um Outro menos consistido, que aparece, às vezes, apenas com a voz, que a criança consente com o tratamento, desde antes do ambiente virtual. Nos encontros presenciais, usava o divã ou a escuridão da sala para dizer sobre seus sonhos e medos. Era no escuro, sem a luz do olhar do Outro, que seu saber aparecia. A presença do analista, silenciosa e dócil às invenções da criança, analisante de pleno direito, apoiou-se na voz como um objeto extraído, apartado da demanda. O efeito do ambiente virtual, neste caso, reafirma a transferência e ensina sobre a presença do analista.
Laurent ilumina a passagem da presença do analista como sujeito suposto saber para o analista que segue. Trata-se de um juízo de atribuição e não de existência e de transferir para o analista o lugar da causa da produção do saber em análise. (…) O analista não deve esquecer que não é o seu ser que é a mola da operação analítica4Laurent, E. “Disrupção do gozo nas loucuras sob transferência”. In: Opção Lacaniana n. 79, São Paulo, julho 2018, p.55. São orientações clínicas precisas que dissolvem o engodo de fazer existir o analista. O novo consiste nesta hiância entre presença e corpo, apontando para a presença do analista como um lugar vazio, uma função, um desejo. E o amor de transferência, ainda, uma invenção diante dos impasses da época.
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