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Joan Miro | Detrás del espejo

Los usos del sueño en la psicosis

Susana Schaer (NEL)

Cartel 1-D: Sueño e interpretación, XII Congreso de la AMP “El sueño, su interpretación y su uso en la cura Lacaniana”

Rasgo: Sueño y psicosis

Más Uno: Susana Schaer

Cartelizantes: Zaide Barquet, Heidy González Gil, Miriam Noemí Ortiz García, Marcelo Rafael Salazar Ondarza.

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En el presente trabajo se intentará, a partir de una pequeña viñeta clínica, ubicar algunos aspectos acerca de los usos del sueño en la psicosis. 

Se puede decir que, “si el sueño se presta a la interpretación es porque, de por sí, es una interpretación” (1). 

¿Pero qué estatuto dar a los sueños en la psicosis? Más allá del “saber adquirido” a partir del tratamiento de pacientes psicóticos -como “no despertarlos o no interpretar sus sueños”- ¿cómo leer un sueño que de por sí es una interpretación, sin interpretar? 

Demian tiene 20 años y hace aproximadamente dos años que asiste a la consulta. A lo largo del tratamiento y tal como él lo expresa, las voces que refiere lo acompañan desde niño, se tornaron un susurro.

Respecto de las mujeres, cobra para él un particular y excesivo protagonismo Gea, su compañera de colegio, la traidora. Demian la busca en las redes. Habitualmente pasa por la puerta de su casa y describe la gran ansiedad que lo invade ante la posibilidad de un encuentro. Expresa que tiene que superar a Gea, la madre tierra, la diosa. Plantea que él se le parece, que se ve similar a ella, que se ve asimilado a ella, incluso en su modo de vestir. 

Más adelante descubre a través del Facebook que Gea se encuentra en una “relación abierta” y que asistirá a una “fiesta psicodélica”. No sabe qué significa todo eso, se pone ansioso, se queda en shock, siente que algo lo golpea, que algo le acontece en el cuerpo. Señala que esa noche tuvo una pesadilla, “…me hizo levantarme temprano, la grabé en un audio para que sea más rápido. Quería intentar que salga de mi boca ni bien haya despertado”.

Demian relata su primer sueño: “Recuerdo estar en el bus que iba al colegio, estaban allí algunos compañeros, entre ellos Mira y Kay, los mellizos hermanitos de Gea. Eran mis amigos. El bus dejó de funcionar, quedó cerca de mi casa. Les digo a Mira y a Kay que pueden venir. Mira dice “No lo veas Kay, ni se te ocurra acercarte a él” y me botaba “¡Aléjate!”, como si fuera “la peste”. Caminaba por la ciudad. Vi desde un puente a Gea con múltiples chicos, con su ropa hindú, ella estaba volviéndose coqueta, sentía que no podía acercarme ahí, no quería ser parte del conjunto.” 

Concluido el relato de la pesadilla, Demian se pregunta ¿por qué querría tener una novia que tiene una historia? respondiéndose que tal vez sea por la ausencia de amor que vio entre sus padres, “No vi amor entre ellos”.

A partir de este relato se puede establecer la emergencia de dos significantes amo enigmáticos “fiesta psicodélica” y “relación abierta” que presentifican para Demian un agujero en lo simbólico, el S(A/). Se puede afirmar entonces que, allí donde no hay significación fálica, hay sueño. Elaboración a partir de la cual el sujeto circunscribe algo del goce femenino que encarna Gea, intentando otorgar una significación que toma el matiz de una interpretación delirante, un S2, que en el sueño el sujeto nombra como “la peste”. 

A esta perspectiva se añade posteriormente un otro uso del sueño, cuando bajo transferencia, el sujeto en el acto de grabar su voz, acota algo del goce en juego y lo lleva al analista, para que éste haga a su vez uso del uso que el sujeto le da. Es así que el analista acoge estas pequeñas soluciones que Demian encuentra, inventa y trae. 

Por otra parte, esta pesadilla le permite plantear algo de su propia historia. Posibilita que Demian se ubique ya no como un desecho, sino como un sujeto que intenta bordear el agujero de la pregunta relativa a su propia existencia. Aspirando poder circunscribir mediante un decir lo imposible de ser respondido: la insondable pregunta por el ser. 

Posteriormente Demian trae un segundo sueño a la consulta que le posibilitará dar un paso más. 

Previo al relato del segundo sueño, Demian comenta que asistió a la fiesta psicodélica en la que estaba Gea, a quien saludó y habló sobre sus sentimientos. Demian relata que Gea lo  rechazó, sin embargo, permaneció en la fiesta, bailó y simuló fumar un cigarro de marihuana. Allí, algo le llamó la atención: vio un perro callejero, hambriento, al que todos alejaban y gritaban. Demian señala que agradeció al perro por “hacerlo volver a sus sentidos”. Expresa: “Estoy orgulloso, ciclo terminado. Si me encuentro con gente así voy a poder manipularla”. Además, plantea que dos días después de la fiesta tuvo un sueño, y que siente que su subconsciente a través del mismo dijo “Eso fue todo”.

Demian relata su segundo sueño: “Camino, subo una pendiente, con una gorra, miro de lado y veo a la familia de Gea, pero no quería verlos; si quieren hablarme, que comiencen ellos, que me devuelvan el esfuerzo. Me cubrí con mi gorra lo suficiente como para no verlos, pero sí ver mi camino. Llegué a un parque con toboganes, un poco antigüito, veo al fondo un cerro de piedras grandes. Sentado con los pies al aire, me saco la gorra, no era un sol que quema, sino cuando el sol comienza a desaparecer. Horas doradas, se vuelve más amarillo el día, el sol era cálido, no quemaba, era warm, un sentimiento bueno, de acogida, y vi mi sombra, como yo era y me di vuelta para ver las imperfecciones de mi cara, mi nariz, mi barbilla; me veo lindo, me veo bien, me gusta lo que veo. Veo la sombra de una chica, se notaban los rasgos femeninos. Esa chica se sienta a mi lado y yo no la veo, pero me siento feliz, como diciendo en algún momento será. Acepté “eso” de Gea, “me va a rechazar, me va a rechazar””. 

Respecto a este sueño afirma que le gustó ver cómo era él con sus imperfecciones y señala que continuará con su vida: “Es como si mi subconsciente hubiese aceptado esto. Y ahora hay que entrar en otras cosas”.

De esta manera, es el propio sujeto el que nos enseña acerca del uso que hace del sueño. Así, este segundo sueño, le permite vislumbrar algo distinto, un hacer de otra manera: “Mi imagen me gusta, así, imperfecta”. Por ahora, ya no es la peste. Demian puede decidir, puede decir “basta”. ¿Qué hace el analista con eso que ya el sueño le mostró? Acoger y asentir a los recursos, y respuestas que trae el sujeto.

Finalmente, un tercer sueño ilustra el trabajo y el esfuerzo de elaboración que realiza Demian: “Me encontraba con una persona, una chica, era sorda, no podía oír y tenía que conversar con señales, me sentía feliz”. Expresa que si tiene una pareja no quisiera algo normal, sino algo que nadie ha tenido, alguien que sea de un mundo aparte”. 

El uso de este sueño posibilita a Demian abrir una vía para ir saliendo de la posición de desecho -él puede tener fallas-, y que le permite pensar en un posible partenaire que no sea una diosa, sino una mujer con algún rasgo que sea “de un mundo aparte”.   

Así mismo, confiesa que le gustan más las pesadillas, le dan ideas: “me ponen en situaciones que no puedo controlar, no las puedo manejar, pero si intento describir, escribir”.

Para concluir, se trata en la psicosis de alojar al sujeto y sus producciones sin el llamado a ocupar el lugar de SsS, lo que produce alivio y propicia que entregue sus sueños mediante los cuales elabora, tal como se muestra en la presente viñeta, cuestiones existenciales. Lo que invita a pensar en un analizante – intérprete y en un partenaire analista- lector, que pueda leer las marcas sin alimentar el sentido.

Sin inconsciente organizado como discurso, se trataría en los sueños en la psicosis de una formación que toma otra forma. Sin involucrar un llamado al desciframiento y a la interpretación, el analista se torna destinatario de una elaboración posible para este sujeto, ubicando tal reconocimiento, un límite. 

Se sabe que el hecho de que el paciente se valga, haga uso de la actividad onírica, favorece el trabajo analítico. Esto se ve, señala Vicente Palomera, también en la clínica de la psicosis: “Cuando un paciente delirante logra soñar los elementos de su delirio, se produce una sedación importante de la angustia psicótica. Soñar es ya interpretar lo que se impone como puramente externo” (2).

Citas bibliográficas

  1. Palomera, V. “¡No sea voraz! Sobre el uso de la interpretación de los sueños en psicoanálisis”, Revista de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis. Dosier El sueño: su verdad y su real. El sueño y su uso en la cura.  Número 35. Consultado en

http://elpsicoanalisis.elp.org.es/numero-35/no-sea-voraz-sobre-el-uso-de-la-interpretacion-de-los-suenos-en-psicoanalisis/

  1. Ibidem.

Bibliografía

Stany, IC, Le rêve dans la psychose, L´Hebdo Blog 195, une publication de L’ECF, des ACF et des CPCT, 15 mars 2020. https://www.hebdo-blog.fr/le-reve-dans-la-psychose/

Nocera, C, La psicosis en el sueño, Croquis clínicos, Cuadernos de la Sección Clínica de Buenos Aires N°2, Ediciones Eolia, Buenos Aires, Octubre 1997, pp.23-28.

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