Sin poder precisar si es el cartel el que me lleva a abordar una pregunta o si es la pregunta la que me lleva a elegir dicho dispositivo, me intereso por la lectura sobre psicosis, específicamente desde el seminario 3 de Jacques Lacan, a partir de mi práctica como acompañante externo con un sujeto psicótico, a quien acompañé dos años, y a quien transcurrido ese tiempo, se decide la finalización del mismo.
Mi interés no era únicamente el descrito previamente, sino -sobre todo- la “tensión” en dicha práctica entre los discursos involucrados, a saber, el analítico y el amo, al incidir desde el psicoanálisis en el campo de lo escolar.
En ella tuve dificultad, no solamente en el acompañamiento descrito, sino también en otro. Me preguntaba: ¿cómo incidir desde el discurso psicoanalítico en el campo de lo escolar?, ¿cómo agujerear el discurso amo para que lo singular sea tomado en cuenta?, ¿cómo descompletar, destotalizar el universal, el para todos igual, para hacer lugar a lo singular, al no todo para que sea posible algo, a la medida de cada sujeto?
Intenté responder estas preguntas con lecturas como El analista ciudadano, de Eric Laurent, de la cual rescato una cita: “El analista, más que un lugar vacío, es el que ayuda a la civilización a respetar la articulación entre normas y particularidades individuales” (Laurent, 2014, p. 122); así como con disertaciones. Pero esa “tensión” persistía.
Fue tras un acontecimiento en una reunión en una escuela -que llevé a mi análisis-, que pude saber qué de esa “tensión”, esa dificultad. Sin duda, el clima en dicha reunión fue para mí -me animo a decirlo- de mucha “tensión”, pero sólo tras saber qué de eso, pude tomar una posición distinta en mi práctica, en la que dicha “tensión” “bajó”. Fue tanto así que tuve otra reunión en otra escuela, en donde una conversación fue posible.
Para finalizar, rescato otra cita que contingentemente leí después de esa reunión “de tensión”, de Anna Aromí. Ella en el libro Reinventar el vínculo educativo, de Hebe Tizio, sobre La Conversación de los imposibles dice: “la ficción de la Conversación es producir -no una enunciación colectiva- sino una «asociación libre» colectivizada, de la cual esperamos un cierto efecto de saber” (Aromí, 2005, p. 120).
Considero que tras saber -en mi análisis- qué de esa “tensión”, puedo posicionarme distinto y conversar.
Bibliografía
Laurent, E., “El analista ciudadano”, Psicoanálisis y Salud Mental, Tres Haches, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2014, pp. 119-128.
Aromí, A., “¿De dónde parte el psicoanálisis?”, Reinventar el vínculo educativo: aportaciones de la Pedagogía Social y del Psicoanálisis, Gedisa, Barcelona, 2005, pp. 119-138.
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