Cartel responsabilidad
Adolfo ruiz
Como insumo básico de trabajo, el cartel tomó fundamentalmente, del Informe de la Comisión de la verdad los textos “Convocatoria a la paz grande” y del tomo de Hallazgos y recomendaciones de la Comisión de la verdad de Colombia. De este último, nos detuvimos en especial en los apartes “La relación entre cultura y conflicto armado interno colombiano” y en la parte final de las recomendaciones “Para lograr una cultura para vivir en paz”. El trabajo del cartel concluyó en enero de 2024.
Del trabajo realizado surgieron dos productos que se presentaron para la publicación. Cada uno de estos textos fueron leídos y discutidos en el cartel.
En este trabajo la función Más uno supuso un desafío importante, debido a la naturaleza del tema trabajado. De un lado estaba lo delicado del mismo, por sus múltiples implicaciones sociales y políticas y de otro, por el esfuerzo y el cuidado necesarios para hacer una lectura que, sin forzar la teoría, permitiera servirse de los conceptos del psicoanálisis para iluminar algunos elementos de la compleja problemática abordada.
De alguna manera algo de esto favoreció que el saber sobre el problema no se localizara en el Más uno ni en ningún otro de los participantes del cartel. Al mismo tiempo, exigió una labor especialmente cuidadosa del Más uno en la provocación de la elaboración compartida tanto sobre los textos del “Informe…” que se abordaron, como sobre aquellos que varios de los integrantes del cartel construyeron y propusieron a la discusión, dos de los cuales -como se dijo- fueron presentados para la publicación.
La finalización del cartel y la escritura del producto
Beatriz García Moreno
Lacan propone el cartel como dispositivo de trabajo de la Escuela, con una duración temporal, uno año, máximo dos. Si bien, las modalidades de carteles se han ampliado en la Escuela, siendo algunos más cortos que otros de acuerdo con su propósito, el hecho de que desde el comienzo se plantee como un lugar del trabajo con una temporalidad determinada, hace que, también, desde el comienzo se vislumbre un final. Con esta característica, el trabajo de cartel sucede en un tiempo lógico: un instante de ver, en el que cada uno hace un recorte del tema, formula su rasgo o al menos la arista por donde quiere abordarlo; un tiempo para comprender que refiere a los desarrollos en torno al rasgo propuesto; y un momento para concluir en el que el Más Uno, particularmente, pero también, los mismos participantes del cartel, luego de un tiempo de trabajo en el que se ha logrado alguna elaboración, reconocen que se ha entrado en una etapa final, y se dedican a precisar mediante la escritura, sus productos.
De igual manera que la duración del cartel, lograr un producto es otra de las condiciones del trabajo de cartel. Para la elaboración del producto, la escritura se ofrece como el medio de trabajo necesario. La escritura permite transmitir la enunciación que cada uno va elaborando a partir del rasgo que se ha propuesto investigar. La escritura requiere precisar los puntos que se traen para el trabajo con los otros, en el cartel. Podría decir que, desde el comienzo, es conveniente que la escritura sea parte del trabajo que cada uno realiza. El momento de concluir se convierte en un espacio para precisar el producto escrito, con el acompañamiento del Más Uno y de los demás participantes.
¿Cómo provocar que al final de un cartel decante un producto?
Carolina Puchet Dutrénit
Entiendo la función del más uno como un provocador provocado. Es necesario sostener esta posición para causar las buenas preguntas, para orientarse hacia el final. El trabajo de cartel, sin importar su modalidad, apunta a que acabe después de un lapso de tiempo. Es decir, no es un trabajo infinito, hay un fin para cada cartel.
Se necesita entonces de un tiempo para concluir, para poner por escrito algo de lo conversado y trabajado durante los encuentros.
Esto necesariamente tiene que ver con la función del más uno que debería provocar que cada uno de los cartelizantes, pueda elaborar a partir del rasgo propuesto, un texto. En mi caso siempre intento que sea una invitación que convoque, que sea agalmática. Y esto me parece que tiene que ver con la Escuela y lo que se puede exponer ahí. Invitar a escribir y presentar el producto realizado durante el cartel, enlaza a la Escuela y el objetivo es que cause un deseo para formarse.
Lo que se investiga en un cartel tiene un valor para la Escuela. Enseña sobre el interés del psicoanálisis y cómo sus conceptos nos ayudan a saber algo sobre nuestras preguntas, esas que tienen que ver con nuestro síntoma.
Decir algo sobre esto no es sencillo, nos confronta con nuestras inhibiciones, por eso cuesta, pero el trabajo del más uno es poder acompañar a cada uno de los cartelizantes para que esto pueda ser dicho. Cada producto es entonces un modo de decir algo sobre el propio inconsciente.
Un flash de mi experiencia….
Esther Bromberg
Ya anteriormente había transitado varias satisfactorias experiencias como cartelizante cuando me sucedió ser designada por mis compañeros como Mas-Uno de un Cartel al cual nos habíamos sentido convocados en relación al tema que orientaba el XI ENAPOL «Empezar a Analizarse». Se trataba de un cartel flash, cuya luz provenía de la provocación de un encuentro que al mismo tiempo que atraía, anunciaba su extinción. El Mas-Uno debía sostener esa luz breve pero intensa.
La temática de nuestro cartel, originalmente orientada hacia los conceptos y lecturas propuestos para las Jornadas, mutó espontáneamente hacia lo clínico, a medida que las nociones abordadas iban resonando en la práctica psicoanalítica de cada uno, y llegó a convertirse en un espacio híbrido de estudio y discusiones clinicas, que decantó en la construcción de tres casos que fueron presentados en las referidas Jornadas cada uno con su enunciación singular.Tal fue el producto de varios meses de entusiasta dedicación puesta en acto, en un espacio de comunidad enmarcado por la política lacaniana.
Pienso que el tiempo conclusivo de un cartel no significa el cierre del deseo al cual se consiente dar cabida como guía para una transferencia de trabajo, con algunos otros, hacia la Escuela de Lacan. El deseo se mantiene vivo, abierto hacia el infinito.
¿Cómo propiciar un trabajo cartelizante para ser freudianos como Lacan?
Mariela Rodríguez Méndez
El dispositivo del cartel es la invención de Lacan como tratamiento a lo real del grupo y la tendencia a ahogar el filo cortante de la invención freudiana en la transmisión epistémica. Es órgano base de su Escuela, que precisa del relanzamiento de la causa freudiana para la existencia del psicoanálisis en la civilización. Pero la reunión de 4 +1, no evita que los carteles funcionen como grupos regidos por el discurso de Amo o el discurso Universitario y el consecuente adormecimiento religioso. (Cors Ulloa, Argumento XI Jornadas de la NEL 2020 – Bogotá, 2020; Reinoso, 2020; Lacan, Acto de fundación, 21 de junio 1961, 2024; Lacan, Carta de disolución, 2024)
Se requiere una apuesta política vía el deseo del Más Uno, para que se inicie el trabajo cartelizante hasta la producción singular de una enunciación durante los encuentros, cuyo punto de capitón es la formalización del producto. En el cartel se precisa de la conversación-interpretación hasta que se formalice esa pregunta que anima al trabajo epistémico con otros, produciendo transferencia de trabajo, que puede “transferirse” a la Escuela. Una apuesta ética que respete el decir de cada uno, confíe en el trabajo posible como generador de movimientos en la posición de formación epistémica. El psicoanálisis más que un sistema teórico por aprender, es un tratamiento ético del malestar en la cultura, que se confronta con lo real una y otra vez. Si el cartel produce un investigador-inventor Freudo-Lacaniano, si además sirve de tratamiento de lo real del grupo analítico en la Escuela, ha obtenido el mejor producto.
Como el analista, el Más Uno podría controlar su práctica en tanto tal; así como cada uno lleva a su análisis tropiezos en su vida de Escuela. Más Uno es una función en la que también nos formamos, extrayendo enseñanzas de logros y fracasos.
Referencias
Cors Ulloa, R. (10 de enero de 2020). Argumento XI Jornadas de la NEL 2020 – Bogotá. Obtenido de Nueva Escuela Lacaniana: www.nel-amp.org
Lacan, J. (2024). Acto de fundación, 21 de junio 1961. Obtenido de Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP): https://wapol.org
Lacan, J. (2024). Carta de disolución. Obtenido de Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP): http://www.wapo.org
Reinoso, A. (9 de mayo de 2020). Seminario de Formación Lacaniana. Lo insoportable de la Infancia. México.
De la resistencia a un fin, un final precipitado y un final efecto de dispersión.
Angélica León.
En el momento de concluir en un cartel, la resistencia se plantea de diversos modos, una manera que pude leer se expresaba en una nostalgia anticipada, mostrando el efecto que ya iniciaba a no querer concluir, el forzamiento delicado hacia la escritura permitió un espacio que removió una resistencia sutil y con ello la posibilidad de concluir. Por otro lado, en otro cartel, el movimiento mismo de la escuela, “viene el próximo cartel” permitió precipitar una conclusión no toda. Y, por último, un acto fallido sobre el horario produjo un efecto de dispersión silenciosa que hasta ésta interpelación no me había interrogado. Poner al trabajo, el momento de concluir y el producto, me parece un movimiento importante, dado que anteriormente se dirigió la fuerza de la comisión de carteles hacia la apertura e inscripción de carteles. Una nueva ola coloca la tilde sobre el qué de lo conclusivo y del producto, me llevó a realizar una lectura detallada sobre mi recorrido de los últimos carteles en los cuales había tenido la responsabilidad de más uno. A su vez me quedo con la pregunta muy precisa, ¿Cuál es el modo de poder informar el momento de concluir a la escuela? Dado que está claro el momento de la inscripción, pero en mi caso no tengo claro el modo de ¿Cómo transmitir que un cartel ha concluido?
Consentimiento/Formalización
Eréndira Molina Espinosa
He participado y participo de varios carteles, en donde, más allá de referirme estrictamente desde la función como “más uno” lo que viene son los recuerdos y efectos en el transitar como cartelizante vía la intervención del Más uno en relación al tiempo y conclusión del cartel, los cuales han sido en sus momentos de rectificación, relanzamiento o avance en mi trabajo de elaboración; algunos de ellos presentados en actividades de Escuela, los menos enviados a Ritmo propio y la mayoría quedando inconclusos para poder ser nombrados como productos.
Sin embargo no puedo decir que no hubiese un encuentro, que no obtuviera algo (intimo) que pueda decir que es producto que siga empujando a seguir teniendo la experiencia con otros. Consintiendo como Más uno o cartelizante.
Me parece que el dispositivo del cartel lo que permite es poner en juego algo de la experiencia del análisis propio, dirigido a y hacia la Escuela. No quedarse en un o con el saber, sino “saber hacer” con eso hallado sin expectativas más que el de la propia provocación que pueda en los mejores casos empujar e invitar a otros a lo mismo de lo encontrado. Lo cual me hace pregunta sobre la problemática en la formalización de estas experiencias. ¿Esta impuesto un ideal para la posibilidad de un escrito?, ¿ Los tiempos estarán dirigidos para adquisición de textos, más que dejarse tocar por ellos?
Agradezco la puesta al trabajo y la intervención que me han provocado para poder seguir otro paso en mi formación.
Experiencia como Mas-Uno en el tiempo de conclusión del cartel y en la generación de escritura asociado al producto
María Cristina Giraldo
Tratamientos de lo real es el hilo de Ariadna que a la vez que nos sirvió de orientación, tejió un lazo transferencial inédito entre las elaboraciones de Manuel Alejandro Moreno (Asociado de la NELcf-Cali), Paula Restrepo (Asociada de la NELcf-Medellín), Cielo Serna (amiga de la Sección NEL-cf-Medellín), Carlos Chávez Bedregal (Asociado de la NELcf-Bogotá) y la propia. Las nuestras son piezas sueltas alrededor del vacío de lo que hizo pregunta en cada uno. En vez de defendernos haciendo tapón a ese vacío con un montaje de palabras para dar sentido a lo que se fuga del mismo, pudimos consentir a bordearlo al elegir buscar en los diferentes tratamientos de lo real el trabajo de la letra, de la huella indeleble que produce invenciones a partir de significantes sin sentido, cortados de toda significación. Esta posición hizo que el referente esencial que ha sido el Informe final de la Comisión para el esclarecimiento de la verdad y la no repetición no fuera tomado por nosotros como el lugar del Otro consistente de la verdad, sino como las verdades variables registradas en el Informe y las formas de tratamiento de eso indecible e irrepresentable de lo real de la violencia en Colombia que, si bien hace imposible totalizar la paz, si permite situar la invención de formas de arreglo posibles.
Si renunciamos a la creencia en un Otro consistente que opere como totalidad tanto por la vía de la verdad toda, como de la paz total, extraigo de mi función de Más-Uno la pregunta por la amenaza que representa para muchos constatar esa inconsistencia del Otro, a lo cual se responde con silenciamiento. Los productos están escritos, veremos si se da el paso lógico de hacerlos audibles en la Jornada de carteles de la Escuela.
Sobre el tiempo conclusivo en el cartel
María Isabel Uribe
Para pensar el tiempo conclusivo en el cartel, se hace necesario considerar entonces la lógica colectiva que Jacques Lacan situó en su texto “El tiempo lógico y el aserto de certidumbre anticipada”, donde estableció el instante de ver y el tiempo para comprender, como los tiempos precedentes al momento de concluir y en los que se juega una suerte de reciprocidad entre los sujetos antes de que cada uno de los mismos pueda concluir el movimiento lógico en la decisión de un juicio que lo llevará a la certidumbre de su partida.
Para Mauricio Tarrab, en el texto “En las huellas del síntoma”, es la manera como Lacan innova, por medio del cartel, en la teoría de los grupos: “… si bien en esta carrera tras la verdad no se está sino solo, si bien no se es todos cuando se toca lo verdadero, ninguno sin embargo lo toca sino por los otros”.
De ahí que el cartel pueda pensarse como una manera de preservar el espíritu del Acta de fundación de la Escuela de Lacan, donde se plantea que la enseñanza del psicoanálisis no puede transmitirse de un sujeto al otro sino por las vías de una transferencia de trabajo. No se trata por tanto de una transmisión en masa, donde prevalece la identificación al todo o a un ideal, propia de la psicología de las masas, sino de una lógica donde prevalece el descompletamiento de la verdad, en referencia a un no-todo.
Arribar a un tiempo conclusivo en un cartel y a la escritura de un producto, dependerá entonces de si esta transferencia de trabajo ha tenido lugar, en esos momentos de reciprocidad que el movimiento de lógica colectiva implica para un sujeto o un cartelizante en vías de encontrar una salida al problema lógico que plantea su trabajo o su pregunta.
Un cartel: su conclusión y su producto
El cartel: Un dispositivo de hoy que no es como los demás.
Edna Elena Gómez Murillo
Casuística en toxicomanías y alcoholismo se trata de un trabajo que encontró su mejor alojamiento en el cartel, es decir, se ejecutó ahí una “elaboración sostenida” que tuvo un retorno a la Escuela al modo de un escrito y de una puesta a cielo abierto de dicho escrito que tuvo la función de motor para la conversación, así como el sostenimiento de un lazo al Campo Freudiano por cuanto a su temática, lo que verificó que la propuesta de Lacan acerca de este dispositivo conserva toda su vigencia. Para dar lugar a la noción de “dispositivo”, quisiera traer lo dicho por Giorgio Agamben en su escrito ¿Qué es un dispositivo?: él afirma que hoy un dispositivo es “…cualquier cosa que de algún modo tenga la capacidad de capturar, orientar, determinar, interceptar, modelar, controlar y asegurar los gestos, las conductas, las opiniones y los discursos de los seres vivientes” y que en ese sentido, el lenguaje mismo es un dispositivo. Y agrega que “en la raíz de todo dispositivo está un deseo muy humano de felicidad [deseo] que constituye la potencia específica del dispositivo” : y sabemos que hay de dispositivos a dispositivos y que tratándose del discurso de Lacan, cada uno de estos elementos de la definición, se encuentra subvertido, de tal forma que:
- El cartel como dispositivo interceptó, capturó y orientó el deseo de incluirnos en una de las redes del Campo Freudiano.
- Lo que determinó el horizonte en el que se inscribiría esta elaboración
- Controlada por la Escuela como la pensó Lacan, asegurando que se participa de un ejercicio de saber sin aseguramientos, en el sentido de marcar las coordenadas que harían posible la emergencia de un sujeto a partir de que hay
- un deseo, el de saber y acaso el de Escuela en cada integrante.
Es un dispositivo al que le corresponde un tipo determinado de subjetivación que se manifiesta, en el escrito producto de la experiencia dado que en el caso mejor logrado, puede haber la emergencia de una subjetividad a la que podríamos llamar nueva en tanto que se ve conmovida y caso modificada en sus formas originales, lo que posibilita dirigirse con ese escrito a un Otro que ya no es el tesoro de los significantes, sino ese al que le falta lo que cada cartelizante pueda elaborar.
El sujeto del cartel no es el cartelizante que se integra al dispositivo sino el efecto de la movilización que inicia con la enunciación de una pregunta jugada en un rasgo. El sujeto del cartel puede ser leído en su escritura que no está hecha solo de teoría, sino básicamente de sorpresas, hallazgos, dudas, correcciones, suposiciones, hipótesis, fallas, es decir, un sujeto que aparece como un deseo de saber y por lo tanto en un lazo con su inconsciente.
Martha Idrovo
A raíz de la conferencia de Graciela Brodsky sobre la enseñanza en el CID, se me articuló ese lugar del docente con el Más Uno, donde es un lugar supuesto y no estático, ya que puede circular en cada uno de los que participan en una clase o en un cartel, ese deseo de saber, es un espacio correlativo y colaborativo. Además el énfasis de que antes de pensar en el producto escrito, se logre atender a que el psicoanálisis interese, que sea interesante para otros, brillo que quizás en la época que nos toca, posee sus dificultades. Esta lectura me brindó sacarle un peso a la producción bajo la forma de la escritura, que en el lugar del Más Uno en anteriores carteles es a lo que me orientaba, y palpando que el “sentarse a escribir” es un real con lo que hay que saber hacer, y no todos, según sus tiempos y recorridos de formación logran acceder, eso es uno por uno. En el actual cartel logré posicionarme en ese nuevo lugar , producir en cada encuentro una conversación, que le produzca a cada uno de los cartelizantes un interés por leer el psicoanálisis, con el psicoanálisis. Desconozco si habrá un trabajo escrito al final pero hoy disfruto el recorrido, eso que no pasa a la escritura pero pasa en cada encuentro de cartel, orientándome en que el interés perdure más allá de los tiempos del cartel.
¿Habrá otro modo de hacer pasar lo que pasa en un cartel, que no sea por la escritura? No lo sé , estoy en eso. Por ahora decidí “sentarme a escribir” y comentarles esto.
Jaime Castro
Enseguida mis anotaciones sobre lo que me proponen escribir en torno a la escritura de los productos de un cartel:
En primer lugar, quisiera enmarcar que me referiré a la experiencia de un cartel sobre El cuerpo que se adelantó como parte de una estrategia convocada por un grupo de psicoanalistas de Colombia para estudiar el Informe de la Comisión de la verdad de nuestro país.
En ese contexto el trabajo del cartel del que fui Más-Uno se dedicó a leer, comentar y dialogar con el psicoanálisis algunos apartes del Informe mencionado anteriormente.
Una característica de este cartel es que estuvo conformado, a excepción de una asociada, por otras personas apenas cercanas al psicoanálisis y a alguna sección de la NEL en Colombia. En esa vía el trabajo como Más-Uno consistió en aportar algunos elementos y conceptos desde el psicoanálisis para leer y dejarnos enseñar de lo producido en el Informe.
Los dos productos que finamente surgieron de este cartel, de una cartelizante y el mío, ambos estuvieron encaminados, cada uno a su manera, en reflexionar sobre la función de lo femenino en el conflicto. Lo femenino fue una cuestión a la que llegamos en el transcurso del cartel, que no estaba de entrada planteada.
Plantearía que la escritura del producto no es sin relación al rasgo que se escoja y allí hay todo un punto de complejidad porque se trata de cernir algún punto, en medio de muchos que resultan interesantes. Así mismo, se pone en juego el esfuerzo de una enunciación propia que si bien retome cuestiones conceptuales, permita más bien elaborar lo que queda para cada uno de lo que se lee, y luego se discute en las reuniones del cartel.
El paso al producto es todo un reto que implica transformar las conversaciones que se dan en las reuniones, a la puesta en palabras escritas en un papel, tratando de alojar lo que queda para cada uno de manera singular. En ese sentido creo que en este cartel, los productos, son rasgos, decantaciones, intentos de formalización, de lo que nos enseñó el Informe de la Comisión de la verdad, y también de lo que pudimos leer usando algunos conceptos del psicoanálisis.
Queda también la experiencia del cartelizante que no escribió un producto pero participó activamente y la del cartelizante que teniendo un borrador de su escrito, finalmente, y por diversas razones, no lo pudo concretar. Plantearía que en este proceso de escritura el corte, la puntuación son asuntos fundamentales.
Los afectos en la etapa conclusiva del cartel
José Fernando Velásquez
En la esperanza en la que se inicia el primer tiempo de un cartel, ignoramos la realidad a profundizar y conocer, como también el temor que la rehúye. Luego en el segundo tiempo, los participantes intentan compartir las elaboraciones subjetivas, con sus catástrofes epistémicas, emocionales, sus inestabilidades frente a la escritura; hasta que nos precipitamos en el asombroso momento de la conclusión.
Hasta este momento de la conclusión que se precipita sobre los participantes, ella permanece encubierta por la gran eficiencia del discurso y el lenguaje ambiguo de lo imaginario que continuamente y en muchas variaciones ingeniosas hacen desaparecer con sus explicaciones los hechos desagradables y la legítima preocupación. Son momentos oscuros para el cartel, pero en los que hay un gran movimiento de elaboración. Algo escondido bajo la alfombra degrada la verdad a trivialidades carentes de significado. En este momento previo a la conclusión se es muy crítico respecto al ámbito que se quiso estudiar, pero también es una actitud de agradecimiento al dispositivo del Cartel, que significa que nos vemos afectados por los colegas que participaron con nosotros en el Cartel. Estas emociones, aun las desagradables, nos hacen más conscientes de nuestra pizca de elaboración, lo que nos hace sentirnos más reales.
Un par de elementos más que participan de este tiempo conclusivo del cartel es, en primer lugar, la libertad con la que se elabora el producto, aferrándose a una sola perspectiva posible, con la cual el cartelizante se mueve libremente en el mundo epistémico del problema planteado. Esta libertad de movimiento es la que corre más peligro durante los tiempos previos de estudio y seguimiento de los textos de referencia, por la amplitud del campo y la forma como lo imaginario lo quiere abarcar. Y el segundo elemento es el coraje a pensar por sí mismo, sin dejarse coaccionar ni tampoco coaccionar a nadie.
Experiencia de cartel como Más Uno, en el tiempo de conclusión.
Paola Cornu
De los carteles en la NEL que he participado como Más Uno, que finalizaron, tuvieron diferentes conformaciones. Uno de ellos fue para el último ENAPOl, y el producto deslindo a presentación de trabajos para el mismo. Otro Cartel finalizado este año, los productos fueron presentados en última reunión de Cartel, en el que se hizo la propuesta para enviar los textos al Blog de Carteles, sin embargo, los cartelizantes decidieron darle una inscripción otra en otros dispositivos en Escuela. Me parece que es importante este punto, pues se señaló, que se “prefería hacer circular el producto en otros dispositivos y que no quedara colgado en un Blog”. Lo que es interesante, pues el producto del trabajo de Cartel circula así en presentaciones tanto en la Sección del cartelizante, como a su vez, Jornadas u otros dispositivos de Escuela y de otras Escuelas y permite dar lugar al texto- producto de inédito. Pensando el Cartel como bisagra de trabajo en, por y para la Escuela.
Por otro lado, otro Cartel finalizado, los productos no-todos fueron enviados al Blog del Secretariado de Carteles y se presentaron en un Encuentro de Carteles de la Escuela.