El Hay de lo Uno, que Lacan introduce en el Seminario 19 …O peor1Lacan, J. El Seminario Libro 19 …O peor, Paidós, Buenos. Aires, 2012, cambia la definición misma del psicoanálisis, en tanto su acción ya no apuntaría solamente al desciframiento de una verdad, ni al atravesamiento del fantasma, sino a la localización de la juntura del Significante Uno y el cuerpo, de ubicar el significante que marcó el cuerpo, que produjo una fijación de goce, dimensión de lo real en la letra que hace de litoral en el agujero del significante y comporta un goce opaco, fuera de sentido.
Este cambio de perspectiva trae consecuencias en la praxis psicoanalítica, cambia la interpretación, la transferencia, la ficción del sujeto supuesto saber y también la concepción del final del análisis, incluyendo la reformulación del Pase, que ahora, desde la lógica del Ser y el Uno se trataría que en los testimonios del Pase se dé cuenta de la experiencia del análisis a partir de la bifidez del significante, de la separación del campo de lo Unario, de lo que Lacan denominó el campo de lo Uniano.
Miller formula el Pase como el paso del inconsciente transferencial al inconsciente real, es decir como ir del Ser al Uno, dice “el testimonio que se espera del pase, es la forma en que alguien supo arreglárselas en su análisis con el espejismo de la verdad, cómo se abandonó él y como luego se extrajo de ahí, cómo se limpió de él”2Miller, J. A. El ultimísimo Lacan, Buenos Aires, Paidós. 2012 pp 99-100.
Miller en Del Síntoma al Fantasma. Y retorno, aborda el Pase por el sesgo lógico3Miller, J. A. Del Síntoma al fantasma. Y retorno. Buenos Aires, Paidós, 2018. p.281, para deducir a partir de allí lo que conviene a la praxis lacaniana, alejándose del sesgo de lo que allí llama la psicobiografía.
En esta nueva perspectiva del psicoanálisis, se trata de orientarse por lo real, por el goce del Uno, más allá de su marco fantasmático, en la que queda subvertida la primacía del Otro, en que la práctica deja de ordenarse en función de la interpretación del deseo para pasar a ordenarse a partir del goce, pensar el análisis desde la lógica, es pensar el Pase en la lógica del Uno completamente solo sin Otro.
Esto requiere un esfuerzo que, sin dejar atrás las coordenadas del Ser, es decir, el fantasma, el síntoma, las identificaciones, las formaciones del inconsciente, el sujeto supuesto saber, se trataría de apuntar a lo que Hay, al Uno del goce, campo específicamente lacaniano, axiomática que nos conduce a un cambio de marcha en nuestras intervenciones, entonces ¿qué intervención es la que conviene para operar sobre este Uno? Es la pregunta que se formula Lacan en la última enseñanza ¿sobre qué y por medio de qué opera el psicoanálisis?4Miller, JA. Los signos del goce. Paidós. Buenos Aires. 1998 p 256
Pero ¿de qué Uno se trata? Porque a lo largo de la enseñanza de Lacan hay varios unos, este Uno no es el uno de la totalidad, ni el uno unificante, ni el uno de la identificación ni el uno contable, es el Uno en la dimensión de lo real que no tiene afinidad con el ser .
Entonces ¿qué es este Uno que hay? Es un significante, pero que no hace lazo, que no tiene significación, fuera de sentido, es una marca de goce en el cuerpo, impacto de la lalengua produciendo una fijación de goce allí, cuyo efecto es producir una resonancia en el cuerpo, y eso goza allí, inefable, el sujeto sabe que le concierne, pero no sabe que sentido tiene, solidario del acontecimiento de cuerpo, que no es lo mismo que fenómeno de cuerpo, es un goce del cuerpo previo a cualquier dialéctica y cualquier relación con el Otro.
Diferenciar el Ser del Uno, el Ser (sujeto) del Uno de la existencia (cuerpo) intervenir desde esta lógica, es el desafío al que nos empuja esta nueva perspectiva
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