En la teoría psicoanalítica la madre instala en su subjetividad desde mucho antes de nacer el niño, una localización de este hijo, ya bien como un objeto de deseo, es decir del deseo de ese Otro imprescindible y es por ello que a través del deseo del Otro, el niño tendrá la posibilidad de ser .El niño va ligado a una trama imaginaria y simbólica del inconsciente materno, es objeto de sueños, de algunos proyectos, tienen una presencia real en el cuerpo de la madre, se podría pensar que el niño tiene su lugar en el fantasma de los padres, por lo tanto está en el medio de una situación inconsciente de su padre y su madre, esto lleva a pensar que según en el lugar que llegue el niño en un contexto familiar inicialmente va a construir un deseo no propio si no en relación a un Otro, es decir va a estar alienado al deseo de los padres.

Es partir de esta pequeña introducción que trabajaré el concepto de alienación, de la separación y por ultimo cómo lo anterior lleva al sujeto hacer una invención que lo cause en la vida.

El tema de la alienación, involucra un saber de dependencia del sujeto con el Otro, de sometimiento en su posición de dependencia, es decir es un modo de no vérselas con la castración, la alineación sostiene y protege a el sujeto contra la angustia de tenérselas que ver con la falta, es decir la angustia se presenta a partir de la pregunta por su existencia «que soy para el Otro». El sujeto responde de alguna manera y se somete a lo que él lee de lo que este Otro desea de él.

En la segunda mitad de la infancia se dispone un cambio de esta alienación con el padre. El niño inicia a salir de su cuarto de juegos de alguna manera para hacer una separación y es por ello que debe descubrir entonces, alguna forma que haga la separación inicial, ya que el niño pequeño se ve obligado a amar y admirar a su padre, pues éste le parece el más fuerte, bondadoso y sabio y es por la vía de la separación que se facilita el abandono de este primer personaje ideal.

Para el psicoanálisis este momento de separación se da en la adolescencia momento de vacilación subjetiva donde el sujeto transforma la relación con sus figuras parentales, con la ley y su alienación al deseo del Otro, en la que establecerá una nueva relación con respecto a su sexualidad.

Esta separación se inicia según Freud (1914) en el texto la psicología del Colegial cuando el niño comprueba que el padre ya no es el más poderoso, el más sabio y el más omnipotente. Comienza a dejar de estar conforme con él; aprende a criticarle y a situarle en un nivel de menosprecio y suele hacerle pagar muy cara en la adolescencia la decepción que le Causa. Es por ello que en este periodo de transición adolescencial necesitan de la presencia de sus padres para hacer una separación de estos, como lo expresa Sonia Alberti en El Adolescente y el Otro (2004) «De una forma un poco paradójica, a primera vista la presencia de los padres junto al adolescente es fundamental, antes que nada, para que él pueda desempeñar su función de separación, por lo tanto es porque los padres están ahí que un adolescente puede escoger separarse de ellos o no, quiere decir si los padres no están presentes no podrá si quiera hacer esta elección».

El adolescente para salir del momento de vacilación que está atravesando, y le genera angustia ya que se está enfrentando a su real, requiere de la presencia de ese Otro que lo acompañe en la elección y la construcción de su deseo, lo que lo hará un sujeto deseante que trabajará en pos de sí mismo. Algunos padres de la contemporaneidad lo que hacen es tomar distancia del adolescente, evadiendo las funciones que deben ejercer y sus responsabilidades frente al sujeto, padres en declive, al servicio de su goce, quedando los adolescentes a la deriva en un sin sentido de vida.

Para ir cerrando este escrito daré una viñeta de un caso clínico en donde se puede evidenciar los momentos de alienación y una manera de separación para así poder construir un deseo propio.

A consulta llega una paciente que la nombraré E, esta llega en un lugar del deseo de su madre como la reina de su contexto familiar, de hecho la madre programa su concepción el día que se celebró el reinado de Cartagena, y evidentemente se cumple un deseo de la madre, nace E, en sus primeros años la madre la nombraba como mi reina y empieza la alienación de la paciente con su madre, la entran a una escuela de modelaje, su comportamiento y su imagen eran como las chicas que están en función de cumplir el sueño de la madre ser la reina, la paciente empieza su etapa adolencencial y vacilación entre ser y no ser, y se siente angustiada con todo aquello que demanda ser reina, de alguna manera ella manifiesta que no quiere más dietas, ni clases de modelaje, esto es una manifestación de una separación del deseo de su madre, pero su madre le insistía en llevar a cabo su deseo, y la única vía que encontró E, de la separación fue mediante un síntoma, la anorexia y la bulimia, quizás no fue la vía más saludable pero el único recurso que encontró E para lograr la separación.

A pesar de tener un padre inexistente que la acompañara a la invención y le dijera sí al deseo y no al goce, E encontró quien la acompañara a la construcción de su propio deseo, hoy en día está terminando Psicología, se ha dedicado a las artes y está en función de su deseo y no al deseo de su madre, ya no es la reina de la madre, sino la princesa de su propio deseo.

BIBLIOGRAFÍA

• Alberti. S. O (2004). Adolescente e otro. Rio de Janeiro. Editores de Livros, RJ.
• Cottet, S. (1966). La novela familiar en la adolescencia. In Adolescencia o despertar. Río de Janeiro: Kalimeros.
• Obras Completas Sigmund Freud, tomó 13 ,1914.
• Suarez Solano Estela, La insondable decisión del niño, asesor Editorial Eric Laurent.
• Revista de la Nel., (2008) LETRA, Sobre niñez y adolescencia, Tomo 5, imprenta Universidad de Antioquia. Medellín, Colombia